Modelo Pronaa es centralista, corrupto y requiere de replanteamiento profundo manifestó García Naranjo

El Programa Nacional de Asistencia Alimentaria (Pronaa) es centralista, corrupto y requiere de un replanteamiento profundo, sostuvo hoy la ministra de la Mujer y Desarrollo Social, Aída García Naranjo, durante su presentación en el Congreso.

Al explicar sobre los tres menores que murieron en Cajamarca por consumir alimento con sustancias tóxicas, distribuido por el Pronaa, García Naranjo dijo que el país debe sacar lecciones de la tragedia, para que nunca más vuelvan a ocurrir.

“El modelo Pronaa centralista, paquidérmico y corrupto que hemos heredado está ciertamente agotado y requiere de un replanteamiento profundo”, subrayó.

Sus primeras palabras en el hemiciclo del Congreso fueron para reiterar sus condolencias a las familias de los menores Fiorela Sánchez, de 7 años; Miguel Díaz Torres; y Darwin Gamboa, ambos de 6 años, fallecidos trágicamente el 20 de setiembre en el caserío de Redondo, en Cajamarca.

García Naranjo señaló que acudió al Parlamento por decisión voluntaria, para dar explicaciones por la intoxicación que sufrieron los referidos niños, junto a otros compañeros, profesor y el director del colegio.

“Mi sentimiento es de indignación y profunda pena por lo ocurrido, y convoco a sacar lecciones de esta nueva tragedia, para que nunca más vuelvan a haber intoxicaciones con productos distribuidos por el Estado, dentro de colegios del Estado y con instituciones estatales, incapaces de responder a las emergencias”, dijo.

Refirió que su gestión había cumplido 50 días cuando se supo de los fallecimientos, y que los alimentos repartidos fueron comprados durante la gestión anterior y por funcionarios regionales que trabajan desde cuando la titular del Mimdes era Virginia Borra.

“Y podemos verificar, además, su filiación en los padrones electorales del Partido Aprista Peruano, según registro de la organización de partidos”, manifestó.

Mencionó que la responsabilidad inicial de su gestión era de evaluación profunda para de ahí proyectar los cambios, y son 2 millones 800,000 niños y niñas que dependen de los alimentos estatales.

Señaló que el lote de los alimentos que ingirieron los niños intoxicados y fallecidos llevaba 24 días de consumo diario, sin haber causado daño alguno, y formaba parte de una distribución mucho mayor para todos los colegios del distrito.