Devida pide a familia reconocer señales de alerta en caso de consumo de drogas de menores

Los padres y la familia en general deben mantenerse alertas y observar si los menores de la casa tienen cambios de conducta, porque eso puede ser indicativo de que consumen drogas, problema social que lamentablemente aumenta en Perú.

Así lo señaló hoy el presidente ejecutivo de la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida), Rómulo Pizarro, al dar cuenta del tercer estudio nacional Prevención y Consumo de Drogas en Estudiantes de Secundaria 2009, que revela que el consumo de estupefacientes en general entre los escolares subió en 18.9 por ciento.

Pizarro señaló que los padres deben observar si sus hijos experimentan algún cambio de hábitos y precisó que ya no es tiempo de ver si tienen los ojos rojos como señal del consumo de marihuana, o si descuidan su arreglo personal o decaen en su rendimiento escolar.

“Un menor podría no presentar esos síntomas y, sin embargo, haber caído en la garra de las drogas sintéticas como el éxtasis o las anfetaminas”, advirtió.

El funcionario insistió en que la tarea de prevención del consumo de drogas es responsabilidad de todos –Estado, colegio y familia– y que debe desarrollarse desde muy temprano.

“El Estado trabaja desde los colegios públicos, pero los colegios particulares deben preparar a su personal profesional, a fin de que tengan el suficiente bagaje para trabajar en prevención e involucrar en esa tarea a los padres.

Agregó que no es posible que los padres de familia piensen que pagando una pensión adecuada a un colegio privado el problema está resuelto.

“Eso no es así, porque el grave peligro que corremos es que después nuestro hijo sea un muerto en vida, que comenzó a consumir a los 12 o 13 años y a los 18 ya es un adicto, y muchos padres terminan vendiendo todo lo que tienen para pagar un tratamiento que no siempre es efectivo.”

Marihuana, cocaína y alcohol

En el caso específico de la marihuana hubo un aumento general del 23 por ciento en el consumo en escolares, de 2007 a 2009. Empero, en los últimos 30 días, el 51.2 por ciento, es decir 20,698 estudiantes,  presenta un consumo problemático de esa droga.

En cuanto a la ingesta de droga cocaínicas, el incremento registrado en este estudio llega al nivel del 18.3 por ciento.

El informe indica también que, en los últimos 30 días, del total de escolares que consumieron bebidas alcohólicas, el 60 por ciento –más de 154 mil– registran un consumo problemático, es decir que bebe recurrentemente sin que esto llegue aún a ser una adicción.

No obstante, este hábito va, generalmente, acompañado por conductas antisociales y deserción escolar, lo que lo está convirtiendo en un problema de salud pública que demanda la atención de la familia y del Estado.

Otros datos del tercer estudio señalan que 146,015 estudiantes han consumido alguna droga ilegal alguna vez en su vida y 84,954 lo hizo durante el último año.

Asimismo, que el 25 por ciento de la población estudiantil secundaria confiesa que le gustaría tener más orientación y conocer más sobre el tema, y que más de 180 mil escolares reconocen que necesitan tratamiento por consumo de alcohol o drogas.

Pizarro recordó que desde hace más de una década, Perú dejó de ser simplemente un país productor para convertirse en consumidor, por lo que es necesario implementar políticas de prevención desde temprana edad, comenzando por el alcohol.

“Ya no podemos aceptar que hayan establecimientos que sigan vendiendo alcohol a menores de edad, porque allí se comienza; ni que veamos con mucha calma cómo los chicos beben en los parques y que nadie haga nada.”

El titular de Devida dijo que no se trata de dictar más leyes, como una norma para penar la posesión, sino de hacer cumplir las que ya existen, precisamente como aquella que prohíbe vender alcohol a menores.

Regiones

El reporte señala también que en 17 regiones del país el consumo de drogas cocaínicas aumentó en 460.5 por ciento.

Igualmente revela que en las regiones cercanas a los puertos marítimos, el consumo de drogas ilegales aumentó en 20 por ciento  respecto a los dos últimos años, por tratarse de zonas por donde sale este producto ilícito al exterior y porque en el camino siempre queda algo para el consumo interno.

Sobre las regiones aledañas a la zona donde hay cultivos de coca, se informó que también registraron un incremento de 46  por ciento respecto a las cifras conocidas con anterioridad, debido a que el costo de la droga es mucho menor.

“Pero, además, porque son precisamente esos consumidores los que luego son usados por los narcotraficantes como mochileros para el traslado del cargamento, tarea que es pagada con más droga para saciar su adicción”, explicó.

Esta investigación se realizó en un universo de escolares del primero al quinto de secundaria de colegios públicos y privados residentes en zonas urbanas con más de 30,000 habitantes.

 Fuente: Andina