7 de Abril: Día Mundial de la Salud

salud

El Día Mundial de la Salud se celebra el 7 de abril para conmemorar el aniversario de la creación de la Organización Mundial de la Salud en 1948. Cada año se elige para ese día un tema que pone de relieve una esfera de interés prioritario para la salud pública mundial.

El tema de 2013 es la hipertensión.

La hipertensión

La hipertensión – también conocida como tensión arterial alta – aumenta el riesgo de infartos de miocardio, accidentes cerebrovasculares e insuficiencia renal. La hipertensión no controlada puede causar también ceguera, irregularidades del ritmo cardiaco y fallo cardiaco. El riesgo de que se presenten esas complicaciones es mayor si se dan otros factores de riesgo cardiovascular como la diabetes.

Uno de cada tres adultos del mundo padece hipertensión. Esa proporción aumenta con la edad: una de cada diez personas de 20 a 40 años, y cinco de cada diez de 50 a 60 años. La prevalencia más alta se observa en algunos países de ingresos bajos de África; se cree que la hipertensión afecta a más del 40% de los adultos en muchos países de ese continente.

No obstante, la hipertensión se puede prevenir y tratar. En algunos países en desarrollo, la prevención y el tratamiento de la hipertensión, y de otros factores de riesgo cardiovascular, ha hecho que disminuyan las muertes por cardiopatías. El riesgo de padecer hipertensión se puede reducir:

  • Disminuyendo la ingestión de sal
  • Siguiendo una dieta equilibrada
  • Evitando el uso nocivo de alcohol
  • Haciendo ejercicio con regularidad
  • Manteniendo un peso saludable
  • Evitando el consumo de tabaco.
  • Mayor concienciación, comportamientos saludables…

El objetivo último del Día Mundial de la Salud 2013 es reducir el número de infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares. Las metas específicas de la campaña son:

  • Promover la toma de conciencia sobre las causas y las consecuencias de la hipertensión;
  • Animar a la población a modificar los comportamientos que pueden provocar hipertensión.
  • Convencer a los adultos de que controlen su presión arterial periódicamente;
  • Aumentar el número de centros de salud en los que se puedan realizar chequeos de la tensión arterial; y
  • Alentar a las autoridades nacionales y locales a crear entornos que favorezcan comportamientos saludables.