Una agenda educativa mínima

  1. Deseo y aspiración. En discurso presidencial ante el Congreso, con relación a la educación, el presidente Kuczynski expresó “Las artes, y en especial la música, a cuyo estudio tanto debe mi formación, serán junto con el deporte y la educación cívica materias obligatorias y promovidas por el Estado; así como las ciencias, las humanidades y el idioma extranjero. Las universidades serán de calidad y serán acreditadas, contribuyendo a cerrar las brechas de profesionales que necesita el país.” “Un pueblo educado no se equivoca. Un país de ciudadanos educados defiende sus libertades, tiene oportunidades, respeta al otro, busca la paz. Ante un joven educado, con calidad, se abren centenares de oportunidades, de muchos caminos. Ese es el escenario que busco. Que todos los niños y jóvenes entiendan lo que lean, que todos puedan alcanzar estándares internacionales en matemática, que hablen un idioma internacional científico, como, por ejemplo, el inglés, el chino, el alemán, el japonés, el francés, y que conozcan nuestra cultura milenaria y sus dos grandes idiomas: el quechua y el aimara.” (Discurso ante Congreso 28.07.16). ¿Alguien puede estar en contra de este deseo? ¿Alguien se opone a esta aspiración? Quien lo haga, estaría negando lo sustantivo que encierra la educación para nuestro país, para sus estudiantes y futuros profesionales.

Es curiosa la reacción de muchos especialistas ante estas palabras producto de la vivencia de estudiante y ciudadano del hoy presidente Kuczynski. Todos al unísono han saludado la iniciativa. Como si se hubiera abierto el cielo y escapado un rayo de luz. Aquello que expresó el presidente también es educación, y no una pérdida de tiempo como décadas atrás dijo algún Ministro de Educación: que el Estado no cantaba, no requería teatro, ni sinfónica, etc.

En la reforma educativa del año 72 se planteaba ya un enfoque integral de la educación desarrollándose actividades (conocimientos de lenguas, matemáticas, ciencias; artes (música, dibujo, pintura, escultura, dependiendo de las inclinaciones de cada alumno) deportes (gimnasia, atletismo, básquet, fútbol). Todo ello en un horario completo de los días de la semana incluyendo dos horas del sábado. Se contaba con docentes calificados y con materiales adecuados. Años después sin una evaluación de lo desarrollado y atendiendo recomendaciones externas las clases se redujeron a cinco horas diarias. Con ello se eliminó o redujo al mínimo las actividades. Desde entonces viene desarrollándose una educación mutilada. Ante la crisis de valores y de civismo, lo único que se le ocurre a especialistas es recomendar el retorno al curso de premilitar. Es un reto a la imaginación y creatividad pedir más. Educamos para el mercado y no para el desarrollo de la persona. La crisis educativa tiene varias aristas, que muchos especialistas han abordado, pero no han dicho cómo solucionarla.

  1. Una agenda mínima. El presidente, más allá de tomar conocimiento de lo básico ha expresado lo que desearía en educación: “Un país de ciudadanos educados defiende sus libertades, tiene oportunidades, respeta al otro, busca la paz. Ante un joven educado, con calidad, se abren centenares de oportunidades, de muchos caminos. Ese es el escenario que busco.” (Discurso al Congreso 28.07.16) Es el reto para la actual administración. Lo que se viene dando es incompleto. Y en eso ya llevamos muchos quinquenios sin resultados evidentes. Los ajustes dados, tratando de aplicar diversos modelos (Singapur, Corea, Finlandia antes Japón, Australia y otros) se volvieron quimeras, pues han servido de referencia, pero no de acción. Siempre hubo una justificación. Con referirse a educación de calidad y con la intervención en la prueba PISA, hemos creído que por ósmosis se iban a dar mejores aprendizajes, mejores conocimientos, mejor formación. Pero el resultado es poco alentador, no nos levantamos del piso si vemos los resultados. ¿Qué hemos hecho desde nuestro propio saber pedagógico intercultural? ¿Por qué no hemos sido capaces de tener otro Encinas, Portugal Catacora, Florián, Barrantes, Peñaloza, que fueron capaces de aportar desde una visión pedagógica lo que debería ser nuestra educación? Nos dirán que es otra época, -de la ciencia y la tecnología-, que el perfil docente es otro, que las demandas profesionales requieren otros estudios, otros desempeños. Pero ¿por qué no se han respetado las propuestas hechas y los aportes dados con el apoyo de la cooperación internacional pensadas desde el país? Nadie tiene una respuesta certera. El mal lo evidenciamos ahora, frente a la frustración de los resultados obtenidos.

Podríamos decir que el gran problema que arrastramos en educación fue responsabilidad de quienes estuvieron en cargos de responsabilidad política, que no tuvieron una visión para concretar diagnósticos y previsiones. Es decir no tuvieron el paso sostenido para pasar de la teoría a la práctica, de la planificación estratégica a la acción, fundamento de toda política y democracia. No se ha tenido el talento para elegir los contenidos y acciones fundamentadas para nuestro país intercultural, democrático y en proceso de desarrollo. Los tiempos actuales exigen otra forma de actuar, y de reaccionar frente a los retos educativos de la época. No es eligiendo modelos regionales o hemisféricos que creceremos, sino de la propia interpretación de nuestros diagnósticos y aportes de nuestros profesionales de la educación con el concurso -no hegemonía- de otras disciplinas.

Consideramos que existe un compromiso ético, profesional, ahora que se ha renovado la confianza al ministro, para cambiar ciertas actitudes y decisiones. Se está iniciando un nuevo quinquenio educativo y ello debería llevar por dignidad, tiempo, capacidad de discernimiento, buen juicio a jerarquizar estrategias, para abordar lo que debería ser una agenda mínima en torno a la educación en su conjunto y no porque sólo el presidente ha indicado las carencias. Ajustar horas, presupuesto y hasta el currículo es urgente. Pero para ello debería irse a la convocatoria de profesionales de la educación expertos en estos menesteres y no a improvisar equipos técnicos que no conocen de la cultura escolar que es diferente a la política educativa. Que no se empiecen dando manotazos de ahogado tratando de buscar a expertos que respondan a la dinámica de los tiempos, sino debería unirse a la experiencia que dan los años de ejercicio y desempeño de la profesión. Se ahorraría tiempo y dinero. En otros países ocurrió. Tratando de dinamizar el sector y renovar la gestión se contrató a jóvenes profesionales con maestrías y hasta doctorados, pero sin experiencia. Al cabo de dos o tres años, se tuvo que recurrir a los “antiguos” profesionales. Tiempo y dinero perdidos. “Hijas de la concepción de planeamiento normativo, uno de sus principales problemas fue su gestación en función de principios teórico-normativos, a partir de diagnósticos de resultados cuantitativos generales de la educación que no alcanzaban, y no alcanzaron, para dar contenido a los procesos de cambio, y solo plantearon “metas” en términos de “objetivos”…”En la mayoría de los casos, las mismas propuestas tuvieron características que limitaban o hacían muy difícil su ejecución” (Inés Aguerrondo. La innovación educativa en América Latina balance de cuatro décadas. En PERSPECTIVAS Vol. XXII, n° 3, 1992. UNESCO, Paris).

¿Por qué no hacer una agenda de los problemas, de las demandas concretas por regiones? ¿Por qué no desarrollar una agenda mínima por región? Si se quiere en términos de grandes temas podríamos apuntar: presupuesto sectorial, personal docente y administrativo; infraestructura, materiales educativos, lineamientos curriculares nacionales. Es lo que exige la realidad cotidiana ceñida a hechos y posibilidades.

Todo ello incorporado a un proyecto institucional innovador en cada institución escolar, al respeto a los derechos humanos como base para promover el desarrollo y la paz en nuestro país diverso. Esto significa respetar la dignidad humana. Todo ello debe ser promovido por un liderazgo institucional (local), regional, y nacional; trabajo en equipo, sentido de previsión y desarrollo de las competencias y talentos en libertad y solidaridad.

  1. Sugerencias finales. Consideramos que este quinquenio no debería desperdiciarse en nuevos ensayos. Debería tenerse cuidado en no caer en la dosis de voluntarismo para cumplir la normatividad y descuidar los procesos que la pedagogía recomienda y que apoyan la innovación que se decida impulsar. Sólo así se podrían medir resultados y transformaciones en los saberes y conocimientos de los educandos. Nuestro sistema educativo sigue teniendo rasgos propios y comunes como que somos un país diverso e intercultural.

Lo propuesto por el Presidente Kuczynski no se aborda sólo con más presupuesto, sino además con mejores docentes especializados, con materiales adecuados, con infraestructura renovada. Una agenda mínima requiere un reajuste en el currículo -no enciclopédico- que contenga un conjunto de saberes y conocimientos que requiere nuestro educando peruano para poder desarrollar sus competencias, conocimientos y talento.

Luis Miguel Saravia

Fuente: foroeducativo.com