Secuestros por teléfono crecen a nivel alarmante

Secuestro virtual

Lamentablemente, una nueva modalidad de extorsión sin necesidad de mostrar el rostro viene causando alarma en Lima: el secuestro virtual o extorsión telefónica. Consiste en elegir una víctima de clase media o alta, reunir sus datos personales (nombre de sus padres, hermanos o abuelos) y conseguir su teléfono y dirección. Luego buscar el momento estratégico para llamar a su familia y simular un secuestro por teléfono. Esta modalidad se inició en Colombia y México entre los años 2000 y 2001.

“Es un fraude que simula un secuestro. Creció por el uso masivo de los teléfonos celulares. Se calcula que cada extorsionador hace un aproximado de siete mil llamadas al mes hasta encontrar a varias víctimas que le depositen dinero o le envíen cosas de valor a cambio de no hacerle nada a su ser querido”, detalla el coronel de la Divinsec Víctor Gonzales Silva.

Lo mejor es denunciar

“La mayoría de las extorsiones se realiza por llamadas a celulares (95%) o a teléfonos fijos (5%), ya que para estos delincuentes es muy fácil conseguirse bases de datos en Wilson y llamar a cualquiera. Para ello hacen uso de un lenguaje vulgar e intimidador. A su vez envían mensajes de texto y correos electrónicos”, señaló.

La autoridad refiere además que son muy pocas las víctimas que realizan las denuncias, pues en muchos casos prefieren resolver por su cuenta. Ellos siempre van a llamar al azar. Lo mejor es colgar el teléfono, anotar el número y denunciarlo.

Fuentes policiales aseguraron a La República que casi el 90% de llamadas extorsionadoras provenían de diversos penales del país como San Pedro, Castro Castro, Piedras Gordas y Lurigancho, debido a la “falta de una verdadera política de seguridad en cárceles”.

“Es necesario hacer requisas constantes e incautar los teléfonos y chips para evitar que estos delincuentes sigan haciendo llamadas desde sus celdas. Otro problema que tenemos es cuando solicitamos el levantamiento del secreto de las comunicaciones a las empresas de telefonía, porque nos lo dan dos meses después”, sostiene el jefe de la Divincri-Callao, José Antonio Santillán.

Atentados nocturnos

La pesadilla para la familia Alvarado López vuelve a empezar cada vez que su teléfono fijo suena. No hay una hora explícita, pero sí un repetitivo número de celular y una voz de un tal “Leonardo” que los acecha y amenaza con matarlos a todos, si a cambio de ello no le entregan 100 mil dólares.

“La extorsión comenzó el miércoles seis de junio por la mañana. Ese día nos llamaron como seis veces pero no hicimos caso. El viernes a la una de la mañana mi hermano estaba viendo televisión en la sala cuando se percata, a través de la ventana, que alguien deja una bolsa negra que desprendía humo. Segundos después toda la sala explota. Pensamos que se trataba de un terremoto”, dice Fabiola Alvarado López entre lágrimas.

Ella teme por la vida de sus ancianos padres y de sus sobrinos. Tras el atentado, ese mismo número los ha seguido atormentando. La Policía continúa rastreando las llamadas.

En cifras

200 nuevos soles mensuales suelen cobrar los delincuentes que extorsionan a sus víctimas desde penales, a cambio de no hacerles daño.

365 denuncias por extorsión recibió la Divinsec el año pasado.

Claves

Precaución. Si es nuevo en el uso de redes, debe conocer primero las opciones de privacidad que ofrece su red social para evitar toparse con delincuentes.

Seguridad. Jamás comente cuánto dinero tiene en el banco o si presta dinero en efectivo, delante de un desconocido.

Fuente La República