Una semilla con un gran interés nutricional
La ciencia actual explica por qué las antiguas civilizaciones consideraban a la Chía un componente básico de su dieta. La composición química de la Chía y su valor nutricional, le confiere un gran potencial para la alimentación. Estas semillas ofrecen ahora al mundo una nueva oportunidad para mejorar la nutrición humana, siendo una fuente natural de ácidos grasos Omega-3, antioxidantes, proteínas, vitaminas, minerales y fibra dietética.
Ventajas de las Semillas de Chía
• La Chía es la mayor fuente vegetal de ácidos grasos Omega-3.
• Contienen antioxidantes, proteínas, aminoácidos, vitaminas, minerales y fibra.
• Aportan proteínas muy importantes para personas vegetarianas.
• La semilla de Chía no contiene gluten.
• Se pueden consumir solas o incorporadas a otros alimentos.
• Es un producto de origen vegetal.
• No tienen sabor ni olor.
• Aporta energía a quien las consume.
• Ayudan a controlar los niveles de colesterol y la tensión arterial.
• Facilitan la digestión, mejoran el tránsito intestinal y tienen efecto saciante.
• Ayudan a controlar el apetito.
• Colaboran en el mantenimiento de una buena salud cardiovascular.
• Ayudan a mejorar la salud del sistema nervioso e inmunológico.
• Favorecen el desarrollo muscular y la regeneración de tejidos.
• Mejoran la actividad cerebral y ayudan en problemas emocionales.
• Ayudan a controlar los niveles de azúcar. Aporta beneficios para diabéticos.
• Tienen un bajo contenido en sodio.
• Pueden consumirlas personas de todas las edades.
Cómo consumirlas
Para consumir las semillas de Chía, se colocan entre dos y cuatro cucharadas de semillas en un vaso con agua, zumo u otra bebida. Se remueven con una cucharilla para que entren en contacto con el líquido y se dejan entre 15 y 30 minutos. Debido a la fibra soluble que contiene la semilla y debido también a su capacidad de absorción de líquido, se formará un gel que se tomará junto con las semillas transcurrido el tiempo de espera. Al mezclarlas con agua, y dejarlas entre 15 o 30 minutos, el vaso parecerá que no contiene semillas con agua, sino una gelatina casi sólida. Esta reacción que genera el gel se debe a la fibra soluble presente en la Chía.
La semilla de Chía también se puede consumir con leche, leches vegetales, yogurt, ensaladas, frutas, salsas, sopas, cremas, verduras, etc. También se puede incorporar, tanto entera como molida, a panes, galletas, barritas energéticas o repostería. No tienen sabor ni olor. Para aprovechar al máximo sus nutrientes es mejor consumirla molida. Se puede tomar a cualquier hora del día, mejor antes de las comidas. Se recomienda un consumo entre 10 y 25 gramos de semillas de Chía al día.
Como hemos dicho antes, una de las bebidas que formaban parte de la cultura Azteca y que todavía perdura hoy y se prepara en Centroamérica es el “Agua Fresca de Chía”. Para prepararla, necesitamos una taza de semillas de Chía, 100 ml. de zumo de limón, una taza de azúcar y 2.5 litros de agua.
Procedimiento: se dejan remojar las semillas de Chía en medio litro de agua durante dos o tres horas. En el resto del agua se añade el zumo de limón y el azúcar. Luego se agrega la Chía remojada, se enfría y está lista para tomar. Una variante, consiste en tostar durante dos minutos en la sartén las semillas y molerlas antes de añadirlas al agua.
Antes de servir, se deben mover las semillas con una cuchara de madera para que se repartan por toda el agua. Resulta una bebida refrescante y digestiva.