Los docentes y los paros

Como todos los años comenzamos con la compulsa que nos plantea el gobierno ante los reclamos salariales, nuevamente los docentes nos tenemos que enfrentar con los padres, la comunidad y los propios compañeros.

Nos enfrentamos nuevamente al debate de si los docentes podemos o debemos hacer paros, algunos ven a la docencia como un sacerdocio, que la vocación debe primar sobre lo demás, debo decir muchos maestros tenemos vocación, pero también nuestro trabajo es nuestro sustento.

Muchas veces me planteo lo injusta que es la sociedad al respecto con nuestra profesión, los maestros sólo tenemos, en nuestra ciudad y en muchas otras, un espacio de trabajo, el empleo público, somos empleados del estado, por lo tanto, ese único trabajo debe ser bien remunerado. Los invito a que reflexionen conmigo, ¿qué creen que pasaría si los médicos, por ejemplo, pudieran trabajar solamente en el hospital? ¿Qué creen que pasaría si no tuvieran consultorios privados? ¿Creen que no harían paros? La docencia, como la medicina, es una vocación, no un sacerdocio.

Otro argumento valedero es que los únicos que se perjudican son los chicos que pierden días de clase. Esta afirmación tiene parte de razón, los chicos se perjudican, pero no sólo con los paros docentes, los chicos también pierden días de clase, cuando concurren a los Juegos cuando el gobierno decide decretar feriados largos para fomentar el turismo, cuando algunos padres justifican inasistencia injustificables. Pero cabe aclarar que los hijos de los docentes también pierden días de clase. Es importante precisar también, que nosotros entendemos y lamentamos este perjuicio para nuestros alumnos, pero también se perjudican con los paros docentes las familias, aquellas que organizan su tarea según la asistencia de los niños en un turno escolar, se desorganiza el día cuando hay paro, deben recurrir a un familiar, a amistades para que se hagan cargo de los niños, se perjudican los docentes que deben recurrir a una medida de fuerza constitucional, para reclamar por un derecho pero que sufre el descuento por ese día no trabajado, y créanme si les digo que nunca llegamos a entender porque un día no trabajado es más caro que un día trabajado para el gobierno. En definitiva, perdemos todos, menos el gobierno, que luego de varias medidas de fuerza deciden darnos migajas de lo que pedimos, porque saben que como trabajadores no podemos bancarnos semejantes descuentos.

Como siempre, en definitiva, la idea es el enfrentarnos con la sociedad, “divide y reinarás” dice el refrán, que sencillo sería y permítanme la utopía, que la sociedad toda acompañara el reclamo por la educación, que bueno sería que ante un paro docente, la sociedad no entrara en comparaciones sobre los sueldos de otros empleados, argumentaciones sobre los autos de los docentes, etc., etc., etc. Que constructivo sería, en definitiva, que todos comprendiéramos que los derechos se ejercen y si no se cumplen, se reclaman.

Los docentes sabemos que, lamentablemente JAMAS, el gobierno ha propuesto un aumento decente, sin que los reclamemos con paro. También sabemos, que un empleado bien pago realiza su tarea con mayor eficacia, y en nuestro caso mayor eficacia redunda en mejor educación para nuestros hijos.

También sabemos que tenemos muchos derechos, que la mayoría de los empleados no poseen, pero permítannos enseñar también esto. Los derechos que se tienen son los derechos que se reclaman. No debemos como sociedad, criticar a los que reclaman por sus derechos, debemos como sociedad reclamar por la igualdad de los derechos. En criollo, tratemos de nivelar para arriba y no para abajo.

Por último, déjenme comentarles una práctica del gobierno, para que vean hasta que punto existe un doble mensaje. Como es entendible, algunos docentes, por razones personales deciden no adherir a los paros, desde hace ya unos años, estos docentes que trabajaron el día de paro, igualmente sufrieron el descuento en sus haberes. El gobierno sabe que los gremios no patrocinan a un docente que no acata la medida de fuerza establecida, por lo tanto, el reclamo de ese docente cae en saco roto y nunca le devuelven sus haberes. ¿Cual creen que es la actitud de esos docentes el próximo paro? Se los dejo como reflexión. Seguro que aciertan.

María Laura Scazzola