Lluvia de ideas o cómo enseñar a tus alumnos a ser creativos

Una de las técnicas más conocidas para desarrollar el pensamiento creativo es la conocida como lluvia de ideas o brainstorming. La lluvia de ideas es un concepto que nació en el año 1938 de la mano de Alex F. Osborn, que presentó esta técnica 10 años más tarde en el libro titulado Tu poder creativo. La lluvia de ideas, por tanto, tiene como finalidad la de generar opciones cuando uno se encuentra atascado en lo que se refiere a la resolución de un problema.

En el artículo de hoy tengo la intención de enseñarte cuáles son las pautas para llevar a cabo una lluvia de ideas en el aula para que tus alumnos aprendan a trabajar en equipo y desarrollen al máximo su creatividad. También te adelanto que en este mismo artículo te plantearé un reto para que compruebes hasta dónde es capaz de llevar tu creatividad a la hora de resolver un problema. ¿Aceptas el reto?

La lluvia de ideas. Una oportunidad para trabajar la creatividad de tus alumnos.

Uno de los aspectos que más se valora de la lluvia de ideas o brainstorming es la capacidad de las personas de trabajar conjuntamente y en equipo para un bien común, para la resolución de un problema o un reto. A la hora de enfrentarse a una lluvia de ideas es muy importante mentalizar a tus alumnos que cualquier idea por el mero hecho de ser una idea es perfectamente válida y digna de ser tenida en cuenta.

5 Pautas para llevar a cabo una lluvia de ideas.

A continuación voy a enseñarte 5 pautas o procesos que puedes llevar a cabo para la realización de una lluvia de ideas.

  1. No Juzgar. Para que una lluvia de ideas sea efectiva y productiva es necesario que en ella se excluyan los prejuicios o juicios de valor. Si se quiere ser imaginativo, es imprescindible que des a tus alumnos rienda suelta a su imaginación. Por tanto, las ideas se exponen, pero ni se juzgan ni se critican.
  2. Ser inusual. Lo bueno de no hacer juicios de valor es que permite liberar la mente y que esta fluya con total libertad. Por tanto, de lo que se trata es de liberar, de descontrolar la mente de tus alumnos para que empiecen a general ideas lo más inusuales y aparentemente imposibles de ejecutar. Una idea inusual y descabellada siempre será infinitamente mejor que ninguna idea.
  3. Ser productivo. Otro de los requisitos fundamentales para que una lluvia de ideas genere el propósito propuesto es que debe basarse en la cantidad y no en la calidad. Hay que generar muchísimas ideas para que surjan unas pocas buenas ideas. Es por ello que, cuando lleves a cabo una lluvia de ideas con tus alumnos, debes exigir a dichos alumnos un número considerable de ideas, intentando que el número sea superior a veinte.
  4. Practicar la escucha activa. Uno de los aspectos que más destacaría de la lluvia de ideas es la importancia que tus alumnos den a la escucha activa. Porque de una buena escucha activa es de donde pueden salir las ideas más brillantes. En muchas ocasiones la gente cree que las buenas ideas surgen de la nada y no tiene por qué ser así. Hay grandes ideas, grandes soluciones que se nutren de las ideas que han aportado las personas que se tienen al lado.
  5. Ser rápido e impulsivo. La lluvia de ideas requiere de rapidez y agilidad mental. Otro de los errores a la hora de crear una lluvia de ideas es pensar que cuanto más tiempo se dedique a pensar en generar ideas estas mejores serán. Pues bien, esto no suele ser así. En este sentido se recomienda que se parta de un tiempo determinado y que este tiempo sea relativamente corto. ¿Por qué? Porque cuanto menos tiempo y más presión se tiene, mejor es la respuesta a la hora de resolver problemas de forma creativa. Por tanto, se trata de aflorar ideas, pero cada idea que surja de alguno de tus alumnos tan sólo debe anotarse, pero en ningún caso hay que defenderla o elaborarla en el momento en que aparece. Este proceso llegará más tarde.

Cuando se trabaja con la lluvia de ideas lo más importante es darse cuenta de que la mente deja de operar con lo que se denomina rigidez funcional. ¿Qué significa esto? Pues que, por lo general, las personas tienden a tener una idea fija de los objetos que les rodean, es decir, cuando ven un objeto, no son capaces de pensar que ese objeto puede tener más opciones que la que es conocida por todos. Si, por ejemplo, pensamos que unas tijeras tan sólo sirven para cortar, entonces estamos practicando la rigidez funcional porque no se es capaz de dar otro uso a las tijeras que el de cortar.

Cómo llevar a cabo una lluvia de ideas con tus alumnos.

Llevar a cabo una lluvia de ideas con tus alumnos es muy fácil y te aseguro que contarás con la predisposición total de tus alumnos. Lo que te enseñaré a continuación son una serie de pautas generales que luego tú puedes adaptar en función del grupo y la edad. Aquí van algunas orientaciones:

Divide la clase en grupos de entre 6-8 alumnos. Para la lluvia de ideas no se recomiendan grupos superiores de 10 personas.

Enseña un objeto a tus alumnos. Intenta que este objeto sea un objeto cotidiano para tus alumnos, es decir, que hagan un uso extensivo del mismo. Un buen ejemplo de objeto para trabajar la lluvia de ideas sería un CLIP.

Define el problema por el que tus alumnos llevarán a cabo la lluvia de ideas. En este caso debes decir a tus alumnos que la misión para cada grupo es la de dar 20 usos distintos a un CLIP. Par ello cuentan con un tiempo de cinco minutos.

Antes de empezar la actividad, debes insistir en convencer a tus alumnos que un CLIP no tiene un sólo uso, sino que si son capaces de no pensar en el CLIP cuando estén mirando el CLIP, se darán cuenta de las posibilidades que dicho objeto posee.

En cada grupo debe haber un alumno con un papel y un bolígrafo para ir anotando las ideas que vayan surgiendo en cada grupo.

Recuerda que todas las ideas son válidas por muy absurdas que parezcan. Por tanto, no hay que descartar ninguna. Esto significa que en esta primera fase no se hacen juicios de valor, sino que simplemente se van anotando las ideas que surgen de cada grupo.

Una vez pasados los cinco minutos, se hará un recuento de las ideas que hayan surgido de cada grupo y cada uno de estos grupos elegirá las dos mejores ideas de las que han ido surgiendo y las compartirán con el resto de compañeros.

Fíjate en la cantidad de usos que se le puede dar a un CLIP además del uso que todos conocemos:

 

Limpia uñas

Aguja de corbata

Cuelga cuadros

Anzuelo

Abrecartas

Mondadientes

Limpiador de máquina de escribir

Para arreglar la tira rota del sujetador

Destornillador

Cutter

Gancho

Horquilla para el pelo

Antena de radio

Punzón

Y este es sólo el comienzo. Seguro que a ti y a tus alumnos se os ocurrirán muchos más usos para un CLIP.

Ahora has podido comprobar cómo la lluvia de ideas es un excelente recurso para que tus alumnos se den cuenta de cómo se pueden encontrar nuevas soluciones si cambiamos el punto de vista y dejamos los prejuicios a un lado.

Pero si realmente lo que se quiere es educar en la creatividad, entonces se hace imprescindible enseñar a tus alumnos lo que se conoce como el término Think outside the box o pensar fuera de la caja. ¿Qué significa esta expresión? La expresión pensar fuera de la caja significa que para ser realmente creativo hay que desafiar las suposiciones que tu propia mente ha creado y fijado (recuerda el término rigidez funcional) y que a menudo están en el inconsciente.

¿Cómo se puede pensar fuera de la caja?

Para pensar fuera de la caja es necesario aprender a pensar de manera indirecta, es decir, hay que trabajar lo que se denomina el pensamiento lateral. El pensamiento lateral lo que lleva a cabo es dejar de pensar en un orden lógico y lineal, es decir, lo que evita es pensar paso por paso. Fíjate qué diferencias existen entre el pensamiento vertical y el pensamiento lateral:

Pensamiento vertical: escoge, se decide por lo correcto, es lineal y secuencial, elige lo importante y descarta lo secundario, es previsible.

Pensamiento lateral: es cambiante, se decide por lo diferente e inusual, da saltos deliberados alterando el orden lógico, fomenta el azar, es imprevisible.

Un ejercicio para trabajar el pensamiento lateral.

Aquí tienes un ejercicio clásico de lo que se entiende por pensamiento lateral. Fíjate en es estos nueve puntos:

Pues bien, el ejercicio consiste en conectar todos los puntos con tan sólo cuatro líneas rectas y consecutivas, es decir, sin levantar el lápiz del papel. Deberías ser capaz de resolver este ejercicio en menos de tres minutos.

Lluvia de ideas y pensamiento creativo. Hacia una mente profunda.

En este artículo has comprobado cómo la lluvia de ideas deber ser el punto de partida para fomentar en el aula el concepto pensar fuera de la caja. Pero hay algo que me gustaría dejar claro y es que el pensamiento creativo nunca debe forzarse. ¿Qué significa esto? Pues que hay ocasiones en el que por mucho que trajabes la resolución de un problema, la solución que buscas no aparece. Cuando esto sucede, se trata de dejar reposar la idea por un tiempo. Lo bueno de dejar una idea por un tiempo es que esa idea la dejamos tan sólo en lo consciente. Lo importante es que a nivel insconsciente esta idea seguirá trabajando para nosotros en la resolución del problema. Es lo que se denomina la mente profunda.

La mente no es un reloj, es decir, no puedes decidir ni cuándo ni dónde aparecerá la solución de tu problema. Por tanto, de lo que se trata por encima de todo es de preparar a conciencia tu mente previamente para que cuando dejes de pensar en la resolución de un problema de manera consciente, empiece a trabajar para ti de manera inconsciente a través de la mente profunda.

Fuente:justificaturespuesta.com