La epidemia de la obesidad ha surgido porque dormimos menos. La falta de sueño se asocia a la grelina y la leptina, hormonas relacionadas con el apetito y a una mayor predisposición a la obesidad y a la insulinorresistencia. Así lo señaló Gema Früchbeck, recientemente nombrada presidenta de la Sociedad Europea para el Estudio de la Obesidad.
Früchbeck sostuvo que aquellas personas que intentan disminuir de peso y sufren de falta de sueño van a tener mayor dificultad. No se debe considerar de forma aislada, pero sí de forma sinérgica, ya que la suma de esto más el estrés, poca actividad física y mala alimentación, devienen en obesidad.
En una entrevista para elmundo.es, la investigadora manifestó que uno de los grandes retos para combatir la obesidad es insistir en el cambio de vida de los pacientes que no suelen estar motivados. “Tendemos a minimizarlo como un problema estético, y no es solo eso. La obesidad no duele pero sí mata…Los médicos solemos tratar la hipertensión y la diabetes con pastillas, pero el problema de base no lo atajamos de forma tan contundente”, explicó.
La obesidad infantil es otro problema grave. Gema Früchbeck alertó sobre el futuro de estos niños, declarando que ellos serán los obesos del futuro si no se cambian los hábitos. Además, advirtió que ya se están dando casos de niños con diabetes tipo 2, que antes solo se daba en adultos con colesterol alto y apnea del sueño.
Para luchar con eficacia, Früchbeck propuso alternativas transdisciplinares, como poner en contacto a todas las partes implicadas: sociedades científicas, profesionales sanitarios, políticos, empresas urbanas de transporte, de ocio, de alimentación, y ofrecer así soluciones conjuntas. Para la nutricionista está claro que se necesita un cambio global, ya que el estrés con el que vivimos nos lleva a tomar alimentos de forma compulsiva para recibir placer.
Fuente: El comercio