Los fallecidos cayeron abatidos por armas de fuego y perdigones. Murió un estudiante de Medicina que iba a iniciar sus prácticas profesionales en un hospital de Juliaca. Ahora los pobladores organizan una marcha de los cuatros suyos hacia Lima. La ciudad de Puno fue tomada por 25.000 aimaras.
Gabriel Omar López Amanqui (35) era un vendedor de chupetes. Murió por impacto de bala en la cabeza. Al igual que él, otras trece personas en la ciudad de Juliaca, región Puno, fallecieron en una nueva escalada de violencia en el marco de las protestas que exigen la renuncia de la presidenta Dina Boluarte.
Por la noche, la Defensoría del Pueblo informó que la cifra se elevó a 17 víctimas en Juliaca, algunos de ellos aún no identificados, y uno por hechos vinculados al bloqueo de vías en Chucuito. Los heridos, según el Ministerio de Salud, llegó a 38 personas.
Las nuevas víctimas sufrieron impactos de bala y perdigones, en las inmediaciones del aeropuerto Inca Manco Cápac de la ciudad. Según sus parientes, no participaban directamente en las protestas.
La mayoría cayó en un contexto en el que los miembros del orden durante horas se enfrentaban a cientos de manifestantes que pretendían ingresar al principal terminal aéreo del Altiplano. El propósito de los manifestantes era expulsar a los miembros del Ejército y agentes de la Dinoes que llegaron en aviones de la FAP para hacerles frente a las protestas. Consideraban que su presencia era una provocación.