Los hongos que se transmiten por las heces de las palomas pueden generar enfermedades en el cerebro, pulmón y la piel de las personas, sobre todo cuando las defensas están bajas, advirtió hoy el decano del Colegio Médico del Perú (CMP), Ciro Maguiña.
El infectólogo explicó que el referido hongo, llamado criptococo, sólo puede introducirse en el cuerpo humano por la vía respiratoria, una vez que el excremento se solidifica y se convierte en polvo.
“Puede causar daños cerebrales, pulmonares y problemas en la piel, sobre todo a quienes tienen las defensas comprometidas por infecciones como el VIH, o están recibiendo altas dosis de corticoides y quimioterapia”, señaló el decano del CMP.
Maguiña recomendó especialmente a estas personas, así como a los adultos mayores, evitar acercarse a las plazas y los lugares públicos donde haya presencia de palomas.
Sostuvo que dejar de alimentar a estas aves es una de las medidas más adecuadas para alejarlas de las zonas urbanas de Lima, y se mostró en desacuerdo con la medida del municipio de San Miguel de traer otros animales para el mismo fin, como los gavilanes.
“El control de las palomas es muy difícil. Hay estrategias como dejar de alimentarlas, pero asustarlas con gavilanes u otros animales no es suficiente, porque estas aves migrarán a otros distritos”, comentó Maguiña.
También recomendó que las personas encargadas de la limpieza de espacios públicos y palomarios donde habitan poblaciones de aves, usen mascarillas para protegerse del hongo criptococo.
Añadió que la limpieza de las viviendas cercanas a dichos espacios y la higiene en la alimentación son otras medidas muy importantes para evitar las enfermedades ocasionadas por el hongo de las heces de palomas.
Por su parte, el decano del Colegio Médico Veterinario del Perú (CMVP), Fernando Chávez, señaló que las palomas se alejarán cuando las personas dejen de alimentarlas; sin embargo consideró importante implementar un programa de control de reproducción.
“Tendría que haber un programa de alimentación especial que impidiera a las palomas llegar a poner huevos y así, en diez años, se tendría una ciudad libre de estas aves”, comentó el especialista.
Chávez señaló que el control de la reproducción de estas aves también podría realizarse en grandes palomarios, en donde los huevos de las palomas puedan ser reemplazados por otros de plástico o materiales similares.
También consideró que las personas deben comprender que la presencia de aves sin control en los espacios públicos no sólo perjudica la salud del ser humano, sino también la arquitectura monumental, la pintura de las paredes y las prendas de vestir.
“Si las iglesias quisieran tener palomas en sus plazas tendría que ser una población muy pequeña, criada bajo la asistencia de médicos veterinarios. Incluso los mismos adornos de las iglesias se deterioran por las heces de estas aves”, agregó.
Chávez estimó que en Lima existen por lo menos 20,000 palomas que se alimentan en parques, plazas públicas y azoteas de viviendas y edificios.