Según el cristal con el que se mire, la pobreza en el Perú puede ser mayor o menor. Si se mide en términos de pobreza monetaria (ingreso de S/.272 por persona al mes), el 27,8% (8,3 millones) es pobre. Sin embargo, si se mide por sus privaciones y limitado acceso a servicios (multifuncional), el 39,9% es pobre; es decir, 11,9 millones de peruanos.
Pero eso no es lo más grave. Según el director de la Maestría en Gestión de Inversión Social de la Universidad del Pacífico, Enrique Vásquez, el Estado diseña sus políticas para atender a 8,3 millones de pobres en términos monetarios. Con ese sistema –agregó– 3,6 millones “son invisibles para el Estado” o no estarían siendo atendidos en esos programas de lucha contra la pobreza, a pesar de que no tienen servicios de salud, electricidad y agua, que usan carbón o leña y que el jefe del hogar solo estudió primaria o menos.
Vásquez, quien ha aplicado este nuevo enfoque sobre la pobreza, alerta que la falta de atención a este grupo de pobres no incluido en los programas sociales puede explicar el origen de los conflictos que se han incrementado en el interior del país, a pesar de que la economía ha estado creciendo.
Además de no atender a una parte importante de la población, los programas contra la pobreza benefician a un gran número de personas que no lo necesitan, pues no se puede ser consideradas como pobres.
Por ejemplo, el programa del Vaso de Leche tiene 1,1 millones de personas que no deberían figurar entre sus beneficiarios, el Seguro Integral de Salud (SIS) 4,5 millones y 120 mil en los Desayunos Escolares. Esas filtraciones cuestan al Perú S/.578 millones al año.
Vásquez asegura que con los mismos recursos que destina el Estado a sus programas sociales podría incorporarse a los pobres no beneficiados. Para corregir este error sugiere tener gerentes de inversión social, más que administradores de gasto.
El director del Instituto de Economía de la Cámara de Comercio de Lima, César Peñaranda, dijo que no eran contradictorios los conceptos de pobreza monetaria y multidimensional. Estimó que, para erradicar la pobreza, la economía peruana debería seguir creciendo entre 7% y 8% al año.
También señaló como prioritarios los planes para fortalecer la nutrición de los niños, la educación en todos sus niveles y obras de infraestructura que permitan a todos los peruanos tener acceso a las mismas oportunidades de desarrollo.
Fuente: El comercio