Henry Pease rechaza insinuación del Cardenal sobre injerencia del actual ministro de Justicia en conflicto entre Arzobispado y la citada casa de estudios. “Hay que decirlo, porque el actual ministro de Justicia viene de sus canteras, ¿qué pretenden? ¿utilizar al poder político para cambiar un fallo judicial?”, había dicho Cipriani.
La intención del cardenal Juan Luis Cipriani de llevar el litigio entre la Universidad Católica y el Arzobispado al ámbito político, puesto nuevamente en debate tras la presión del Vaticano de modificar los estatutos de ese prestigioso centro académico, generó el airado rechazo de Henry Pease, catedrático de la citada casa de estudios.
Ante insinuaciones de Cipriani que la Católica apelaría al poder político actual para el litigio entre ambas partes, Pease respondió que hubo una relación muy cercana entre el pasado régimen aprista y el primado de la Iglesia Católica, lo cual desencadenó la sentencia del Tribunal Constitucional (TC) favorable al Arzobispado.
“Es una falta de vergüenza que diga eso el Cardenal cuando estuvo detrás de la sentencia del Tribunal que invadió los fueros judiciales, negó el amparo a la universidad y pretendió entrometerse en ámbitos donde solo entra el Poder Judicial”, señaló.
TANTAS VECES, CIPRIANI
Pease dijo que resulta importante que Cipriani entienda que estamos en un régimen democrático, donde hay respeto a la división de poderes y el ministro de Justicia carece de injerencia en materia judicial. “En el gobierno pasado hubo una relación muy cercana políticamente en esta materia entre el Cardenal y el Gobierno, pero eso ya no ocurre hoy”, acotó.
En su programa Diálogo de Fe, en RPP, la autoridad eclesiástica peruana aseveró que el tema se está llevado hacia el ámbito del poder político. “Hay que decirlo, porque el actual ministro de Justicia viene de sus canteras (de la Católica), ¿qué pretenden?, ¿utilizar al poder político para cambiar un fallo judicial?”, expresó.
Cipriani sostuvo que Eguiguren firmó una demanda de la Universidad Católica ante la Comisión Interamericana de derechos humanos, contra la decisión del Tribunal Constitucional que favorece al Arzobispado.
De otro lado, no pudo evitar su disgusto tras la firme respuesta de las autoridades de la Universidad Católica (expresadas por su rector Marcial Rubio y la Asamblea Universitaria) para hacer respetar su autonomía tras una orden del Vaticano que ordena modificar los estatutos universitarios para que Cipriani intervenga en el manejo de la universidad y hasta escoja al rector de una terna presentada por la Asamblea Universitaria.
Al respecto, amenazó al citado centro superior. “¿Quieren dejar de ser pontificia y católica?, que lo dejen pero con sus consecuencias”, indicó.
YO NO FUI
A su salida de RPP, Cipriani negó haber promovido la decisión del Vaticano; como afirma Pease. “Hay un dicho católico que dice: ‘De Roma viene a lo que Roma va’, el Vaticano tiene normas y reglas generales que están muy bien y se discuten pero, cuando de allá viene alguna cosa es porque de acá fue y ya sabemos de dónde”, anotó.
Pease recordó que anteriores cardenales como Juan Landázuri y Augusto Vargas Alzamora fueron abiertos y respetaron el desarrollo de la PUCP, lo cual no ha ocurrido con el actual primado de la Iglesia peruana.
No obstante, el Cardenal sostuvo que la Universidad Católica ha cerrado sus filas a un único pensamiento, donde la Iglesia Católica y el Papa Benedicto XVI no tienen espacio.
BIENVENIDO OPUS DEI
Primero en cabina y luego ante los periodistas, Cipriani dijo que es “otra mentira” que el Opus Dei -una secta extremadamente conservadora a la que pertenecen él, Rafael Rey y otros políticos y empresarios derechistas- quiere capturar la Universidad Católica.
Sin embargo, fuentes eclesiásticas revelaron que Cipriani tendría decidido incluso hasta quién sería el rector en caso prosperen sus deseos. Se trata del periodista Federico Prieto Celi, miembro del Opus Dei.
Con esta facción reaccionaria de la Iglesia Católica dentro del campus universitario, el siguiente paso de Cipriani, según las fuentes, sería la eliminación de los pocos profesores jesuitas que todavía dictan cursos en la Universidad.
“El nuevo Rectorado tendría que formar una comisión especial, un ‘Tribunal’ que decida qué profesores y empleados quedarán en la Universidad. Solo estarán los que hagan juramento de adhesión a la fe católica comprometiéndose a cumplir sus preceptos”, dijo la fuente.
Esto implicaría que la futura PUCP estaría libre de divorciados, judíos, homosexuales e incluso obligaría a que los nuevos docentes y empleados juren que no utilizarán condones o la píldora del día siguiente, todo lo cual contradice la fe católica según El Vaticano y la corriente conservadora que en el Perú encarna Cipriani.
El mencionado tribunal tendría la facultad de revisar los planes de estudio y objetar los contenidos que no se adecuen a los preceptos católicos, según la óptica del Cardenal y sus representantes.
Estudiantes rechazan intromisión de Cipriani
Intereses económico
Bryan Mori (19), Estudios Generales Ciencias. “No estoy de acuerdo que la Iglesia Católica, pese a que la universidad tiene el nombre de Católica y el título de Pontificia, tenga injerencia porque se trata de una institución privada que tiene muchas inversiones y podría tomar decisiones a su conveniencia. Aquí hay intereses económicos”
Título honorífico
Aylin Infantas (21), Derecho. “El título de pontificia es honorífico y eso no implica que deberíamos seguir distintas pautas u obedecer la doctrina católica. Hay fines ocultos detrás de esto que justo se presenta cuando el tema estaba cerrado. El retiro del título no repercutiría porque tenemos un prestigio ganado”
Persona no grata
Kennek Cabello (28), Facultad de Ciencias y Artes de la Comunicación. “Hay un móvil político, porque la universidad jugó un papel importante durante el Fujimorismo y en la Marcha de los Cuatro Suyos y eso no lo van a perdonar. Es una factura que la están pasando, donde Cipriani es el operador. Él es una persona no grata aquí y sabe que no será bien recibido”.
Presión aprista
Pierina Marquina (22), Derecho. “No hay un fallo definitivo respecto al litigio y Cipriani no va a poder entrar a la universidad. Esa resolución del Vaticano, no tienen asidero jurídico. Hay una esfera del poder y la Iglesia que han ido de la mano, con influencia de Rafael Rey y otros personajes de la gestión aprista que han ejercido presión política.
Fuente: La primera
