Su currículum está plagado de premios y distinciones pese a su juventud y, aunque asegura que la investigación aún está en una fase muy preliminar, sus hallazgos podrían ser el principio de una revolución en el abordaje de muchas enfermedades.
Leticia Hosta-Rigau es una científica barcelonesa especializada en nanotecnología aplicada a la biomedicina que, por circunstancias, ha acabado trabajando en el Departamento de Micro y Nanotecnología de la Universidad Técnica de Dinamarca.
Allí, inició un proyecto que tiene como finalidad diseñar orgánulos artificiales minúsculos que, como si fueran nanosubmarinos, puedan viajar por el interior del cuerpo humano detectando las células enfermas para adentrarse en ellas y, posteriormente, repararlas.
En declaraciones a SaluDigital.es, Hosta-Rigau, que actualmente dirige un grupo de cuatro personas, detallas las características y el potencial de su proyecto, al tiempo que explica su experiencia como investigadora en un país como Dinamarca.
¿Cuál es la principal innovación de sus orgánulos artificiales?
Se trata de una innovación en el campo de la llamada drug delivery (entrega de fármacos), más que en el desarrollo de nuevos medicamentos. La idea es desarrollar nuevas cápsulas minúsculas cuya superficie esté recubierta por un material que reconozca la diana terapéutica. Es decir, las células enfermas, ya sean cancerígenas o de otra enfermedad, como puede ser la enfermedad congénita de Fabry.
Y una vez que detectan esas células enfermas, ¿qué sucede con estas nanocápsulas?
Los llamamos orgánulos porque la idea de estas nanocápsulas es que, tras detectar las células dañadas, entren dentro de las mismas y una vez allí no se degraden, sino que realicen una función. En este caso, las nanocápsulas contendrían una enzima, que los enfermos, como los de Fabry, no tienen. Lo que hacemos así es añadirla, y esta enzima tiene una función dentro de la célula, logrando que la misma funciones de forma correcta.
Además de estas, ¿qué otras ventajas tienen estos nanodispositivos en los que trabaja?
Hay mucha gente investigando sobre nanocápsulas para la administración de fármacos, pero nuestro laboratorio es de los pocos en el mundo que pueden hacer cápsulas con varios compartimentos, cada uno capaz de portar un fármaco, para que no interaccionen los unos con los otros, en caso de que sean incompatibles. Están diseñados para elegir cuál se libera y en qué momento cada uno de estos fármacos en el interior de las células.
Hay algunos nanorobots parecidos que se manejan de forma externa mediante elementos magnéticos. ¿Estas nanopartículas también podrían hacerlo, o no es necesario dado los componentes que ya contienen?
Hay partículas hechas con propiedades magnéticas para dirigirla hacia el tumor mediante un imán. Nuestras cápsulas con compartimentos se podrían magnetizar en principio, aunque de momento no es nuestra línea de investigación. Sí que estamos incorporando nanoclusters de oro para poder localizar por dónde circulan las cápsulas una vez introducidas en el torrente sanguíneo, ya que estos elementos son fluorescentes.
¿En qué fase se encuentra actualmente la investigación? ¿Lo han probado ya en animales?
Estamos en una fase aún muy inicial y básica. Estamos trabajando en las cápsulas en sí y en la investigación en células in vitro. Si todo va como nos gustaría, el siguiente paso sería pasar a ratones.
¿Cuándo cree que este tipo de proyectos serán una realidad en el día a día de los pacientes?
Es difícil de prever. Depende de la financiación que se ponga en estas investigaciones. Si se ponen muchos recursos está claro que se convertirán en una realidad de forma mucho más rápida.
Realiza su proyecto en Dinamarca, ¿si hubiera recibido suficiente financiación en España, se hubiera quedado, o es una cuestión que va más allá de lo económico?
Las posibilidades para investigadores jóvenes en España son muy limitadas. Sé que muchos grupos jóvenes sobreviven gracias a la financiación europea, pero no gracias a la española. Y en Dinamarca, aunque también se hacen recortes, la investigación y el desarrollo siguen siendo importantes. La financiación suele ser generosa y hay muchas más posibilidades de obtener becas para tus proyectos. Además, los trámites burocráticos son muchos más sencillos, lo que nos ayuda a centrarnos más en la investigación en sí, que es de lo que se trata.
¿En qué otros proyectos investiga o le gustaría investigar?
Ahora también estamos iniciando un proyecto para sintetizar glóbulos rojos artificiales para usar en transfusiones sanguíneas. Podrían ser muy útiles para cuando hay grandes desastres y se necesitan muchas transfusiones pero no hay sangre suficiente o no hay tiempo para contrastar los grupos sanguíneos. La idea es que, para estos casos, desarrollemos sangre artificial libre de antígenos que se puede administrar a cualquier persona.
Fuente: consalud.es