Día del Campesino

El 24 de junio es el Día del campesino, es decir, de la población que vive en el medio rural, haciendo producir la tierra para la obtención de los alimentos básicos y criando los animales domésticos que dan también alimentos importantes como la leche y la carne.

En esta fecha se hace reconocimiento al campesino porque es el propulsor y el generador de la riqueza agrícola en el país y por sus esfuerzos por mantener alimentada a su población.

El Imperio Incaico, el último gran exponente de la cultura de nuestros antepasados, fue eminentemente agrícola y cooperativista, sus avances tecnológicos en cuanto a regadío y cultivo de la tierra fueron los más avanzados. Durante la colonia todos los logros alcanzados se perdieron, pues los campesinos fueron llevados a las minas como bestias de carga, dejando sus ayllus y sus técnicas adelantadas como muestran los andenes y la clasificación de sus tierras en topos para convertirse en esclavos. Todo debido a la desmedida ambición de los españoles por el oro y la plata, así el campesino perdió su valor productivo y decayó la agricultura.

El 24 de junio se conmemora la dación de la Ley N° 17716 o Ley de Reforma Agraria, promulgada durante el gobierno del general Juan Velasco Alvarado que dio a la agricultura la importancia que se merecía.

En esta Ley se dispuso que la tierra fuera para quienes la trabajan, es decir, para los campesinos. Con ello se organizaron las Cooperativas agrarias de la costa y las empresas agrícolas de interés social de la Región Andina.

Anteriormente esta fecha se denominaba “El Día del indio” que se consideraba como algo peyorativo y fue cambiado por el 24 de junio como el “Día del Campesino”.

El Campesino con su labor nos permite aprovechar los frutos de la tierra logrados con paciente afán. En nuestro país hablar del campesino es no sólo tratar de su amor a la tierra y que ésta le pertenezca. También significa recordar nuestra milenaria cultura, en la existió un gran espíritu de comunidad y fue una de las culturas más grandes del género humano.

Nuestra Constitución en su Artículo89 dice; “Las comunidades campesinas y las nativas tienen existencia legal y son personas jurídicas. Son autónomas en su organización, en el trabajo comunal y en el uso y la libre disposición de sus tierras, así como en lo económico. La propiedad de sus tierras es imprescriptible. El Estado respeta la identidad cultural de las Comunidades Campesinas y Nativas”.
En la época Incaica se consagró un día especial para rendir homenaje y agradecer a la madre tierra por sus frutos que recibía el hombre, que coincidentemente es el 24 de junio: La Fiesta del Inti Raymi.
El “Inti Raymi” o “Fiesta del Sol” era y es sin duda una de las fiestas más grandes, importantes, espectaculares y ostentosas de la época prehispánica y de la actualidad. Su objetivo era rendirle culto al Padre Sol o “Inti”. El “Inti Raymi” se llevaba a cabo en la Plaza Principal del Cusco durante el solsticio de invierno del Hemisferio Sur, es decir, el 21 de junio de cada año. Durante el solsticio el Sol se encuentra en el punto más lejano o más cercano de la tierra y siendo los Incas  considerados descendientes del Sol, la fiesta del Inti Raymi era considerada la celebración más importante. Además, la fiesta coincidía con el final de la cosecha de tubérculos y maíz y era una forma de agradecer por las abundantes cosechas o servía para pedir mayores cosechas en la próxima temporada. El Inti Raymi fue prohibido por la Iglesia Católica a partir de la época de la conquista, y sólo volvió a realizarse a partir de 1942. En la actualidad la Fiesta del Inti Raymi se celebra el 24 de junio coincidiendo con el día del Campesino. Esta festividad se desarrolla en la fortaleza de Sacsayhuaman y representa la Ceremonia tal y como se habría desarrollado en el Tahuantinsuyo, pero ahora ante la mirada de miles de turistas En este día de celebración se ofrece un sacrificio simbólico al sol (originalmente se sacrificaba una llama y sus órganos internos eran usados para predecir el futuro). Los participantes visten plumas, bufandas, máscaras y llevan lanzas. En saltos rítmicos forman figuras, gritando en alabanza al sol, al ritmo de las flautas y los tambores. Es un espectáculo grandioso, cargado de energía.

En este sentido el Perú que es un país netamente agrícola, rendimos el 24 de junio de cada año un merecido homenaje a la mayor parte de su población, a la que siembra la semilla, abona la tierra, la ara y cosecha sus frutos.