El Informe del defensor del docente sobre agresiones a profesores indica que se estancan las denuncias pero aumentan las faltas de respeto y amenazas por parte de los alumnos, y es especialmente preocupante el incremento de las agresiones físicas a los docentes por parte de los padres de los alumnos.
Las amenazas y faltas de respeto de los alumnos a sus profesores han crecido en clase, en los pasillos o fuera de los centros educativos, donde los docentes reciben insultos y tienen que escuchar frases como «te voy a arruinar la vida», «voy a acabar con tu profesión», «eres un inútil, no vales para nada».
«Son humillaciones, vejaciones, amenazas y faltas de respeto», ha denunciado Laura Sequera, coordinadora del servicio del Defensor del Profesor del sindicato independiente ANPE, que ha presentado los datos correspondientes al curso 2018-19 de este servicio de ayuda a los docentes.
Explica que estas situaciones responden a «una falta de valores» que se ejemplifica en el «niño emperador», al que sus padres no le han puesto o no han sabido ponerle límites y normaliza conductas que van en contra de la convivencia, y al «padre helicóptero», aquél que defiende a su hijo «dándole la razón sí o sí en todo».
«Cuando un profesor intenta poner unas normas este alumno, empoderado en sus familias, no soporta límites y no tolera que tenga que respetar al profesor», ha señalado Sequera, que ha añadido que a ese estudiante «lo primero que le sale es rabia».
El Defensor del Profesor estatal ha atendido en el pasado curso a 2.174 docentes frente a los 2.179 del anterior (el 99 % de los casos proviene de centros públicos, donde existen cerca de 480.000 profesores).
«Se está produciendo un preocupante estancamiento en el número de agresiones y acoso» y «un agravamiento» como pasa con las amenazas del alumnado, ha insistido el presidente nacional de ANPE, Nicolás Fernández Guisado, para quien las situaciones de conflictividad «están lejos de erradicarse en los centros».
El índice de las amenazas de los estudiantes a los profesores ha pasado del 22 % de los casos atendidos en el curso 2017-18 al 23 % en el pasado, es decir, ha incrementado en dos puntos.
En dato del ciberacoso, también de los alumnos a los profesores se mantiene en el 10 % de las quejas gestionadas; los problemas para dar clase se vuelve a situar en el 21 % (el profesor tarda a veces más de 10 minutos en poder empezar la clase) y las agresiones hacia los docentes se mantienen en el 6%.
En concreto, el estudio recoge 504 casos de faltas de respeto de alumnos a docentes, 465 problemas para dar clase, 241 de acoso, 212 de amenazas, 128 por agresiones y 47 por daños a la propiedad, entre otros.
Los problemas relacionados con los padres y madres se han mantenido en similares porcentajes que en el curso 2017-18 pero han incrementado las agresiones físicas al profesorado (del 2 % al 3 %), las situaciones de acoso (28 % a 29 %), las acusaciones carentes de fundamento (del 25 % al 26 %) y el ciberacoso de padres (del 1 % al 2 %).
Las denuncias de los padres han pasado del 19 al 21 %; y han bajado levemente las faltas de respeto de las familias (del 26 % al 25 %) y la presión para modificar las notas (del 8 % al 7 %).
El informe recoge 642 casos de acoso de padres y madres a docentes, 584 de acusaciones sin fundamento, 546 de faltas de respeto, 455 denuncias, 148 presiones de cambio de notas y 59 agresiones.
El Defensor del Profesor, que desde 2005 ha ayudado a más de 37.000 docentes (el curso con más quejas fue el 2009-2010, con 3.998 profesores atendidos), también atiende a problemas relacionados con el entorno laboral y señala esta vez que han bajado las incidencias con los equipos de dirección (del 31 % al 27 %) pero han subido los problemas por no aplicarse el reglamento del centro (del 14 % al 15 %).
Fernández Guisado ha lamentado la situación en Cataluña de los «docentes constitucionalistas», que en los últimos tiempos «se sienten abandonados».
El pasado curso, 16 profesores se vieron obligados a dejar su profesión por causas de situaciones de conflictividad, ha resaltado este informe, que añade que en el 70 % de los casos atendidos el docente presentaba altos niveles de ansiedad, el 10 % tenía síntomas depresivos y un 10% estaba de baja laboral.
De todas las llamadas recibidas el pasado curso, el 44,4 % corresponde a profesorado de Primaria, el 40,4 % a Secundaria, el 3,7 % a FP, el 7,4 % a Infantil y el 3,9 % restante se reparte a otras enseñanzas (colegios de Educación Infantil, conservatorios y Educación a Adultos).
Por comunidades, el Defensor atiende más casos de docentes de Madrid, un 52,8 % de las quejas (en el curso 2018-19 solicitaron ayuda 1.148 profesores); a distancia le sigue Andalucía (198), Canarias (168) y Murcia (118). Baleares y Galicia son las autonomías que menos casos atendieron.
El presidente de ANPE Madrid, Andrés Cebrián, ha explicado que el alto número de Madrid se debe a que el teléfono está «más asentado» en esta comunidad.
Fuente:www.larazon.es
El ministerio tiene la culpa, desde queprohibieron que los docentes levanten la voz al alumno para corregir su malcriadez!? el alumno ahora es quien levanta la voz! y.¿ quien tiene la culpa? el imismo ministerio por no dejar al doceente que corrija al alumno
elaboren decretos para escuela de padres y ahi enseñarles el producto del caracter de sus hijos el cual tambien se suma a sus calificativos y desaprobar a los padres por no ayudarnos a corregir los caracteres malos de sus hijo el cual hace que ellos se porten voluntariosos o malcriados y respondones como se dice empezemos por ayudar o educar mas y poner mucho enfasis a la escuela de padres asi cambiaremos a toda una sociedad se empieza por la raiz a formar valores ya que muchas veces los padres no son buenos ejemplos y los educadores debemos enseñar no solo alumnos sino hacer muchos talleres con papas para lograr pero que NOS PAGUEN DEJANDO DE PAGAR CONGRESISTAS PAGUEN MAS HORAS A LOS DOCENTES DE AULA PARA LOS TALLERES Y VERAN EL CAMBIO