Audífonos e hisopos ponen en riesgo la salud auditiva

Estudios realizados en distintos lugares coinciden en que alrededor del 40% de la población menor de 40 años padece de cierto grado de pérdida auditiva, y que la tendencia va en aumento, especialmente entre los adolescentes, por el uso de reproductores y su permanencia en ambientes sumamente ruidosos.

“Correr, caminar, andar en bicicleta, viajar, y hasta ir a la escuela o la universidad con los auriculares puestos y a todo volumen parece ser una moda entre los adolescentes y adultos jóvenes, a pesar de que constantemente los especialistas en audición de todo el mundo lanzamos alertas sobre el aumento de casos de pérdida auditiva entre las personas que utilizan este tipo de aparatos”, alertó la fono audiologa Janet Valdivieso de Tecnología Auditiva Americana al conmemorarse el pasado 01 de octubre, el Día Internacional de las Personas con Discapacidad Auditiva.

“El problema no está en escuchar el reproductor de Música, sino en la intensidad del sonido y el tiempo que se esté expuesto”, explica la especialista, quien precisa que lo realmente perjudicial para la salud es escuchar Música a muy alto volumen o durante mucho tiempo sin dar descanso al oído.

A bajar el volumen

“La intensidad del sonido se mide en decibeles (DB). Lo aconsejable es que el sonido no supere los 80 o 85 DB. Como contrapartida, en el mercado se pueden encontrar reproductores portátiles de Música que pueden llegar a alcanzar los 135 DB. “Escuchar con auriculares a más de 100 decibeles equivale a escuchar el sonido de las turbinas de un avión, y esta exposición es una constante en los jóvenes”, explica.

“Cuando uno escucha las noticias, es suficiente con un volumen medio para entender lo que se dice. El problema es que hoy en día las personas jóvenes acostumbran a escuchar con 100 decibeles, y esto es muy perjudicial para un órgano tan sensible como el oído, porque puede generar un trauma acústico y una pérdida auditiva”, señala la Dra. Valdivieso.

La especialista explica que una de las formas más prácticas de notar este exceso de volumen en el reproductor es quitárselo y colocarlo a unos 30 centímetros de distancia. Si la Música que sale a través de los auriculares se puede oír desde el exterior, se está por encima de lo aconsejable.

La Dra. Valdivieso precisa que la pérdida de audición por el uso de auriculares es una pérdida neurosensorial, es decir que no se podrá revertir ni con cirugías ni con tratamiento farmacológico; pero que en la mayoría de casos se puede recurrir al uso adecuado de audífonos de prescripción, es decir, con amplificación dosificada por frecuencias.

Cuidado con los hisopos

Por otro lado, la Dra. Valdivieso señaló que la limpieza de los oídos debe ser totalmente externa. Explicó que introducirse hisopos o cualquier otro artículo para retirar el cerumen es muy peligroso porque se puede causar laceraciones e incluso romper el tímpano. “Cuando el exceso de este fluido incomoda o impide una buena audición, se debe recurrir a un especialista para realizarse un lavado de oídos”, acotó.

Síntomas y tratamiento

“Cuando una persona nota que no escucha igual que antes o que escucha pero no entiende con claridad y requiere que su interlocutor repita constantemente lo que dice; o sube constantemente el volumen del televisor, lo más recomendable es que se someta a una exhaustiva evaluación audiológica, porque está presentando los principales síntomas de pérdida auditiva”, señaló.

Ocasiona aislamiento

Finalmente, la especialista recuerda que la sordera o hipoacusia es una enfermedad que afecta gravemente la calidad de vida de las personas por ser un gran limitante de su vida social. “Una persona con sordera no se siente segura de desplazarse fuera de su hogar o frecuentar a sus amigos, porque es consciente que, por ejemplo, al cruzar una calle no escuchará la alerta de un claxon y porque le incomoda participar de una conversación en la que poco escucha y nada entiende”, sostiene la especialista al tiempo de recomendar una exhaustiva evaluación audiológica a la menor sospecha de disminución de la capacidad auditiva.

Fuente: La primera