Hay un avance de respuesta importante en todo lo que tiene que ver con la acción de los estudiantes y profesores, dijo el viceministro José Martín Vegas Torres.
La mayoría de los alumnos y profesores de las instituciones educativas del país tienen una práctica positiva y bastante instalada para hacer frente a eventuales movimientos sísmicos, aseguró hoy el viceministro de Gestión Pedagógica, José Martín Vegas Torres.
Antes de participar en la supervisión del IV Simulacro Nacional Escolar de Sismo 2011, en la institución educativa Diego Ferré de Jesús María, el viceministro recordó que a la fecha, el Ministerio de Educación, ha desarrollado 60 simulacros de esta naturaleza en todas las escuelas y colegios de nuestra patria.
Martín Vegas reconoció que hay un gran avance en todo lo que tiene que ver con la acción de los estudiantes y profesores. Pero lo más importante radica en que los niños y niñas llevan estos aprendizajes a sus hogares para que sus familias sepan cómo actuar frente a un sismo, dijo.
En ese sentido el viceministro indicó que el terremoto en sí no es un desastre. Técnicamente hablando, el desastre tiene que ver con el tipo de acción humana que se realiza o se deja de hacer. Cuanto menos actuamos el desastre es mayor, remarcó.
Sismo grado ocho
A las 10 de la mañana, Martín Vegas supervisó el IV Simulacro Nacional Escolar de Sismo 2011, en la institución educativa Diego Ferré de Jesús María, donde alumnos y maestros en solo 44 segundos evacuaron las aulas y se ubicaron en los círculos de seguridad demostrando una rápida evacuación frente a un sismo de grado ocho, cuyo epicentro se ubicó a 20 kilómetros al este de Lima, lo que descarta la presencia de un tsunami.
En dicho horario, cerca de nueve millones de escolares de Inicial, Primaria y Secundaria, de unos 94 mil colegios públicos y privados del Perú, participaron del IV Simulacro Nacional Escolar de Sismo 2011, que en esta oportunidad coincide con el Día Internacional para la Reducción de los Desastres Naturales.
Esta fecha, como se sabe, promueve cuatro puntos claves: aumentar la conciencia del público respecto a los riesgos y la vulnerabilidad de los desastres; lograr el compromiso de las autoridades de cada estado; estimular alianzas interdisciplinarias; y aumentar los conocimientos científicos sobre el tema.
Con estos objetivos se busca comprometer a la sociedad en conjunto, para trabajar en la reducción de las pérdidas humanas y materiales ante los siniestros ocasionados por los fenómenos naturales.
Al respecto, la directora general de la UNESCO, Irina Bokova, con motivo de esta fecha, pidió poner los avances científicos y tecnológicos al servicio de una preparación efectiva para afrontar los desastres y paliar sus efectos.
Trabajamos para generar una cultura de reducción de los riesgos, labor que empieza en la educación, dijo Bokova tras indicar que la Red del Plan de Escuelas Asociadas de la UNESCO, que cuenta con más de 9.000 instituciones en el mundo, es una excelente plataforma para poner en marcha campañas y trabajar con jóvenes.