No todas las personas tienen las mismas necesidades. Los niños, las mujeres embarazadas y los adultos mayores requieren una dieta especial
Para elaborar una dieta, los nutricionistas deben tomar en cuenta algunos aspectos importantes como el género, la edad, la estatura y la actividad física de las personas. Una vez realizado este estudio, los especialistas hacen las recomendaciones para que llevemos una alimentación saludable.
Según el nutricionista del Instituto Nacional de Salud (INS), César Domínguez, la edad es uno de los factores más importantes. En base a ello es clave seleccionar alimentos cuyas propiedades contribuyan a formar una barrera protectora de enfermedades, sobre todo en la población más vulnerable como son los niños, adolescentes, gestantes, adultos y adultos mayores.
Asimismo, detalló que es necesario que mezclemos de forma adecuada los siete grupos alimenticios: “Los cereales, menestras y tubérculos que dan energía a nuestro cuerpo; las frutas que proporcionan vitaminas y minerales; las verduras que no son tan calóricas pero nos aportan la fibra necesaria buena para la digestión; los lácteos y derivados que son importantes para el crecimiento de los niños”, señaló Domínguez.
También están las carnes, huevos y pescados que aportan las proteínas que regeneran nuestros tejidos y el hierro que previene la anemia. Finalmente, están los azucares, aceites y grasas, que “deben consumirse con mucho cuidado pues en exceso ocasionan sobrepeso”.
POR EDADES
“En el caso de los niños y adolescentes es importante consumir lácteos para su buen crecimiento y el desarrollo de los tejidos y huesos. Hasta antes de los 30 años es bueno alimentarse con estos insumos porque pasada esta edad ya no se puede almacenar el calcio”, afirmó el especialista.
En cuanto al consumo de azúcares por parte de adultos y mujeres embarazadas, aclaró que en promedio como máximo se deben ser cinco cucharaditas, ya que al sobrepasar esta medida se puede correr el riesgo de contraer enfermedades como la diabetes.
Por ello pidió incluir en la dieta habitual en todas las edades productos alimenticios como frutas (que deben ser consumidas de dos a cinco raciones diarias), cereales y tubérculos (de seis a 11 raciones), verduras (de dos a seis raciones), lácteos y derivados (de dos a cuatro raciones), carnes, pescados y huevos (de una a tres raciones).
“Es recomendable ingerir naranjas, papayas, mandarinas, piñas, fresas y tomates que contienen vitamina C. Igualmente recomendó a las personas adultas alimentarse con “hígado, lácteos, huevo, zanahoria, camote, vegetales de hojas verdes como la espinaca y acelgas que cuentan con la vitamina A, que ayudan a crear barreras naturales contra las infecciones como por ejemplo la mucosa de los bronquios”.
En el caso de los adultos mayores, es recomendable que no falten los cereales de grano entero como pan, arroz y pasta integral, vegetales de hoja verde, aceites de oliva, y frutos secos que son productos que aumentan la respuesta inmunológica y previenen problemas cardiovasculares.