Los siguientes perfiles son solo una caricatura cómica de los vicios y las virtudes de los docentes innovadores, pero seguro que muchos nos vemos reflejados en varios de ellos. ¿Con cuáles de los siguientes perfiles te identificas tú?
Los Robinson Crusoe.
Son los profesores que intentan innovar a solas, encerrados entre las cuatro paredes de su clase y desconectados de una comunidad de aprendizaje que apoye su práctica docente. Incomprendidos por la institución en la que trabajan, intentan construir una isla de innovación educativa en un océano de prácticas y estructuras tradicionales y obsoletas.
En su versión negativa, el resultado habitual suele ser la desmotivación y la frustración, ya que una persona sola no puede hacer una revolución sin aliados.
En su versión positiva, el profesor Robinson encuentra su Viernes, y después más aliados a los que acaba contagiando su inconformismo con la situación actual y el entusiasmo por el cambio educativo.
Los Gulliver.
Son los profesores que han viajado y trabajado en otros sistemas educativos diferentes al suyo, y son potencialmente un factor de cambio educativo fundamental porque pueden importar prácticas, herramientas y mentalidades que funcionan en otras latitudes.gulliuver1
En su versión negativa, el profesor Gulliver puede acabar sintiéndose frustrado (como un gigante entre enanos), ya que no todos los centros educativos saben aprovechar este conocimiento práctico.
En su versión positiva, si trabajan en una organización que aprende (es una paradoja que muchas instituciones educativas no lo sean), estos profesores enriquecen mucho su práctica y la de sus compañeros.
Los Sherlock Holmes.
Son los docentes que investigan o que acuden a la investigación para resolver los misterios de la profesión educativa: cómo funciona la motivación de los alumnos, qué prácticas docentes dan mejores resultados, cómo aprende un cerebro, etc. Mientras que el profesor tradicional improvisa o aplica medidas obsoletas, el profesor Sherlock Holmes sabe que hay mucha investigación reciente sobre todo tipo de cuestiones educativas, y ha desarrollado la capacidad de buscar y utilizar esa información en su trabajo práctico diario.
En su versión negativa, se vuelve esclavo de los resultados y las fórmulas de éxito (que ni existen, ni suelen encajar con la realidad); en su versión positiva, se atreven a experimentar, no tienen miedo de equivocarse y autoevalúan continuamente su práctica para corregir y ajustarla a su realidad. Se les reconoce porque van a más congresos que un médico.
Los inspector Gadget.
Son los fanáticos de la tecnología educativa. En su versión positiva se mantienen actualizados, entusiasman a sus alumnos utilizando las redes sociales con fines educativos y encuentran continuamente nuevas formas de utilizar herramientas digitales para aportarle valor al proceso educativo.gadget
En su versión negativa, se obsesionan con utilizar lo último de lo último tenga sentido o no, son fetichistas de los dispositivos móviles, sacralizan las herramnientas digitales, obligan a sus alumnos a abrir un perfil de Twitter que al final no utilizan nunca y confunden la multiedición de un archivo en la nube con el trabajo en equipo. Se les reconoce porque dicen cosas como “Power Point ha quedado obsoleto, ahora se utiliza Prezi/PowToon/VideoScribe/etc.”.
Los Quijotes educativos.
Son los más visionarios, disruptivos, soñadores e inconformes con la educación actual. Sueñan una educación que sustituya los procesos estandarizados y la domesticación del alumno por la creatividad, la iniciativa, el liderazgo, la pasión, etc.quijote
En su versión más negativa, plantean paraísos educativos utópicos, demasiado difusos y generales, completamente desconectados de la realidad educativa actual y sin propuesta concreta de aplicación práctica. La imposibilidad de realizar sus propuestas y la frustración con su realidad actual generan habitualmente pesimismo e inacción.
En su versión positiva impulsan el cambio educativo hacia adelante, inspiran al resto de docentes y crean prácticas alternativas que abren nuevas posibilidades. Si forman equipo con aliados más prácticos y resolutivos, los Quijotes aportan uno de los elementos claves para el cambio: una visión de futuro motivante, útil y que mueva a la acción.
El profesor Pixar.
Es una combinación del liderazgo horizontal y participativo de Woody en Toy Story, la versatilidad y las multihabilidades de Wall-e, la ilusión y la persistencia del abuelito de Up y el carácter asertivo y empático de Buzz Lightyear. Pretenden llevar el aprendizaje de sus alumnos al infinito y más allá.
Son los profesores que conocen las últimas tendencias de aprendizaje (gamificación, aprendizaje invisible, aprendizjae basado en la acción…) y las trasladan al aula. Empoderan a sus alumnos aunque a veces produzca vértigo y se les reconoce porque se consideran a sí mismos facilitadores, coach o “dinamizadores del aprendizaje”.
En su versión negativa, van muchos años por delante del sistema educativo y no encajan en éste, chocan con las rutinas y estructuras rígidas de la educación tradicional, plantean objetivos difusos cuya realización nunca evalúan y muchas clases se le van de las manos porque los alumnos malinterpretan la libertad que se les deja. Han eliminado la clase magistral por completo de su repertorio y y convierten cada clase en una performance grupal.
En su versión positiva tienen una mochila llena de herramientas para las diferentes situaciones y saben diseñar experiencias de aprendizaje colaborativo e informal. No están obsesionados con los contenidos, sino que se enfocan en el desarrollo de habilidades y saben confirmar si sus alumnos las desarrollan o no. Generan participación y disciplina gracias a sus habilidades comunicativas y de colaboración, especialmente la asertividad y la capacidad de generar compromiso.
Fuente: conektio.com