El 15 de febrero se celebra en todo el mundo el Día Internacional del Cáncer Infantil, fecha que sirve para recordar a los afectados por esta enfermedad.
Desde 2001 se conmemora esta fecha para concienciar sobre esta realidad que afecta a 14 de cada 100.000 niños en los países desarrollados.
Para el tratamiento de esta enfermedad, los expertos destacan un rápido diagnóstico como un factor clave para acabar con ella.
La mortandad en estos casos es cada vez menor debido a la mejora de las técnicas de detección, llegando a darse alrededor de un 70% de casos de éxito o incluso al 98% en los de rápido diagnóstico.
Asimismo, el tipo de cáncer más frecuente en los niños es la leucemia, que representa el 25% de los casos.
Muchas veces el diagnóstico de cáncer en los niños es difícil ya que se interpretan los síntomas de forma errónea, por ejemplo, un dolor de huesos, frecuente en estos casos, muchas veces es confundido con dolores propios del crecimiento o con algún golpe.
Lo mismo pasa con el dolor de cabeza y abdomen y los cambios de conducta, que son asociados a otros factores en un primer momento y no así al cáncer.
Síntomas de esta enfermedad
Las principales señales son dolor de cabeza, aumenta su intensidad durante la noche y despierta al niño, puede acompañarse de vómito, desviación de la mirada, pérdida del equilibrio, cambios de conducta y cambios en el rendimiento escolar.
También es común la elevación de la temperatura corporal sin causa aparente, inclusive si se proporcionaron medicamentos para la fiebre o infección, palidez o pérdida del color de la piel, sangrados frecuentes en nariz, boca y encías, además de la aparición de moretones.
El constante dolor de huesos que aumenta a pesar de suministrar analgésicos es otro indicador, puede acompañarse de aumento en el tamaño del hueso con afección e incapacidad para el correcto movimiento de los brazos y/o piernas; el dolor se asocia con la actividad física y no disminuye con el reposo.
Otro síntoma es la alteraciones de la visión o en los ojos tales como, el cambio de color que se detecta a contra luz, puede ser que la pupila se vea blanca, cambio de tamaño de los ojos, de las partes alrededor del mismo o disminución de la vista.
La aparición de ganglios (bolitas) en cuello, ingles y axilas, la disminución de peso rápida y progresiva sin causa aparente, es otro factor que se comnidera de riesgo.
Existen otros cambios menos frecuentes que pueden ser avisos para los padres de que algo no está bien, como el aumento de tamaño de uno o ambos testículos, cambios de ánimo o del carácter, salida persistente de secreción en uno o ambos oídos y tos sin causa aparente.