Hace un par de días estaba conversando por Twitter acerca de cuál era el mejor método para comunicarse con los alumnos y con las familias. Salieron varias opciones, muchas de las cuales ya recopilé en su momento pero, después de pensar un poco, me planteé por qué no nos tiramos de una vez por todas a la piscina. ¿Por qué la administración no dota de un teléfono móvil a todos sus docentes para que el mismo sea usado como herramienta de comunicación? Porque, siendo realistas y viendo la expansión de determinados tipos de mensajería instantánea (Whatsapp o Telegram entre otros), no se entiende que aún estemos usando el correo electrónico o el teléfono como mecanismo de comunicación básico entre docentes, docentes-alumnos y docentes-padres.
Las posibilidades que ofrecen los servicios comentados anteriormente son infinitas. Desde la posibilidad de crear grupos para comentar cosas con la clase hasta, como no, crear otros para la comunicación con padres (esencial para los tutores) e, incluso, el envío de información relevante entre los miembros del Claustro. También, como no, existiendo la posibilidad de comunicarse individualmente entre todos los miembros de la comunidad educativa. Algo que, por si sólo, ya llevaría a que la administración se planteara esa dotación de equipamiento. Un equipamiento, por cierto, bastante más económico que las tarifas telefónicas que pagan los centros educativos sólo para realizar gestiones que pueden realizarse con un simple mensaje de Whatsapp.
Además, al ser un elemento ofrecido por la administración, con número propio, no obligaría a ningún docente a dar su número de teléfono personal. Y eso, por mucho que se confíe en la seriedad de los alumnos, es una gran baza. Porque, disponer de un servicio inmediato de comunicación, de fácil uso y, como no, extendido en toda nuestra sociedad llevaría a una mejor gestión de muchas cuestiones que, por estar restringidos al correo electrónico o a la típica llamadita del teléfono orejero, se podrían solucionar mucho más rápidamente.
Por cierto, lo anterior también tendría otra gran ventaja… la dificultad de la manipulación (o malas interpretaciones) que se dan en muchos de esos grupos de Whatsapp gestionados por padres donde, dicha comunicación se convierte en la agenda de sus hijos y, como no, en una fuente cada vez más creciente de conflictos.
Sí, algunos docentes sabemos que hay servicios que no obligan a dar tu número de móvil para establecer esa comunicación pero, ¿por qué no hacer fácil algo que es aún demasiado complicado para la mayoría? Porque, si lo que pretendemos es potenciar la comunicación entre la comunidad educativa y lo anterior permite mejorar algunas cuestiones, estoy seguro de que un móvil “gratis” para los docentes de nuestras aulas saldría realmente barato por los beneficios que conllevaría. Además, el móvil no sólo sirve en el aula para comunicarse.
Fuente: http://www.xarxatic.com