En exámenes de admisión.
Alfredo Bastidas reproducía las huellas digitales de estudiantes preuniversitarios y utilizaba silicona para implantarlas en dedos de impostores. Cobraba hasta 6.000 soles por «ingreso seguro» a universidades nacionales. Banda fue descubierta en el examen de la universidad Federico Villarreal.
Era un genio del mal. Alfredo Wilhelm Bastidas Rodríguez, licenciado en química y maestro universitario, fue sindicado ayer como cabecilla de una organización criminal que disponía de una «fábrica» de huellas dactilares para permitir a impostores suplantar a postulantes en los exámenes de admisión de universidades nacionales.
A fin de garantizar el «ingreso seguro» a sus singulares clientes, el catedrático contaba con un selecto grupo de talentosos estudiantes de educación superior. Ellos se encargaban de rendir las pruebas con identidades falsas.
En efecto, Bastidas Rodríguez les entregaba carnés de postulantes y DNIs fraguados, en los que aparecían sus fotografías con los datos personales de los verdaderos interesados.
«Cobraba hasta 6.000 soles por sus servicios. El precio variaba según la facultad a la que se deseaba acceder. Las vacantes para Arquitectura, medicina e ingenieria civil eran las más caras», precisó el coronel Segundo Portocarrero, jefe de la División de Investigación de Estafas de la Dirincri.
El corrupto docente consiguió vulnerar de ese modo los controles de seguridad en varios centros universitarios. La suerte se le acabó el domingo último, durante el examen de admisión a la Universidad Nacional Federico Villareal.
Un sorpresivo operativo ejecutado por la policía en algunos locales donde se rendía dicha la prueba, permitió ponerlo al descubierto, aunque su paradero sigue siendo un misterio.
Ocho estudiantes universitarios que formaban parte de la banda fueron sorprendidos suplantando a igual número de postulantes. Anthony Wilson Torres Andrade (22), Jomar Malqui Valera (22), Liz Obispo Rivera (21), Bacelisa Quispe Huarcaya (20), Karen Artieda Gómez (25), Verónica Celerina Gutiérrez Vega (22), Javier Moreano Contreras y Jasmyn Mauricio Franco (28) no tuvieron más alternativa que confesar.
Operaba desde el sur
Los detenidos revelaron a los agentes la identidad del catedrático y la dirección de su «fábrica» de huellas dactilares. Una patrulla especial ingresó después a su inmueble, ubicado en el jirón Celendín Nº 610, en Villa María del Triunfo. Allí fue apresado su cómplice Erika Josselyn Aguado Rivera. Hasta anoche el catedrático, así como su hermana Edith Bastidas Rodríguez y su lugarteniente, Saúl Perales Perales, permanecían prófugos.
El coronel Segundo Portocarrero explicó que Alfredo Bastidas usaba resina de uso odontológico para reprodudir las crestas papilares de los dedos del postulante y, luego, hacía que el suplantador colocara los suyos en el molde creado a fin de implantarle las huellas falsas.
En cifras
51 impostores cayeron en el examen de la Universidad Federico Villarreal. 8 son cómplices del catedrático.
4 años de prisión les espera a suplantadores, según la PNP.
Fuente: La República.pe
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