El 16 de octubre Eloy Cacya Cárdenas divisó el cuerpo de Ciro Castillo Rojo en esa zona cercana al denominado “lugar de las mochilas” que los socorristas habían peinado una y otra vez sin éxito. Seis meses después de que se unió de forma voluntaria a la búsqueda, una sensación extraña lo embargó aquella mañana en que se descubrió lo que había estado buscando.
Él, que acompañaba al equipo de montaña de Soluciones Verticales y los “topos de México”, encontró en esa zona agreste –de acceso difícil incluso para gente experimentada en alta montaña– al hijo perdido en el nevado Bomboya. Y reveló además que el lugar donde se encontró no había podido ser revisado con minuciosidad por lo “terrible del acceso”.
Cacya, natural del poblado de Pinchollo, acabó con una búsqueda de seis meses y la recuerda con una frase: “Ha sido una cosa única”, dice.
Aclara, eso sí, que cuando divisó el cadáver no estaba seguro de que se tratase de un cuerpo humano. “No tomé las cosas emocionalmente. Luego me di cuenta de que sí era, que se podía distinguir el color de la ropa y avisé a los demás rescatistas”, declaró a la Agencia Andina.
HOMBRE DE MONTAÑA
Pero ¿cómo llegó Cacya a unirse a la búsqueda? En abril pasado, luego de enterarse que un joven había desaparecido en el cañón, se acercó a Ciro Castillo Rojo Salas y se ofreció para ayudar debido a que conocía parte del Colca por su trabajo como guía. Esto no solo fue la experiencia más importante de su vida, sino el inicio de una fuerte amistad con la familia cuya historia ahora comparte.
Fue por eso, quizás, que durante la diligencia judicial fue el comisionado a acercarse al cuerpo encontrado. Que el corazón le latía desbocado cuando se iba acercando en medio de piedras que iban cayendo desde lo alto.
“Si no hubo un accidente fue gracias a Dios, que nos ha protegido para que el rescate se lleve a cabo de forma segura. Hubo mucho temor, tenía el cadáver en frente, las rocas que se deslizaban y la posibilidad de que se rompan las cuerdas”, narró.
Ahora Eloy Cacya puede regresar a su hogar, donde lo esperan sus cinco hijos y su esposa. “Lo más importante es que la familia de Ciro lo tendrá de vuelta”, arguye con modestia, pero él –que es padre– sabe que Ciro Castillo Rojo, el padre, puede descansar también.
Fuente: El Comercio.pe