En un interesante artículo, el futurólogo y asesor de tecnología sueco, Michell Zappa, explica acerca del porqué pensar en el futuro de la tecnología en la educación. Aquí presentamos un análisis y damos algunos alcances de su publicación.
La educación es la formación destinada a desarrollar la capacidad intelectual, moral y afectiva de las personas según la cultura y las normas de convivencia en su entorno. Partiendo de esto, debemos saber que uno de sus compromisos con la sociedad es la de anticipar cuáles serán las competencias necesarias para que las y los estudiantes se desenvuelvan apropiadamente a lo largo de sus vidas.
Según el estratega en tecnología emergente global, Michell Zappa, “la tecnología fundamentalmente afianza los trastornos de las herramientas que las alumnas y los alumnos necesitarán manejar en un futuro cada vez más complejo”.
Eso quiere decir que el avance vertiginoso de la tecnología genera un camino más duro para quienes se desempeñan como docentes, pues así deberán adaptarse al constante cambio e implementar estrategias y técnicas adecuadas de enseñanza-aprendizaje para que sus estudiantes desarrollen sus capacidades y habilidades.
Es así que el desarrollo profesional de maestras y maestros enfrenta un problema por la acelerada innovación y el continuo cambio en las diversas áreas vinculadas a la tecnología emergente, debido a que deberán mantenerse al día de estos cambios para seguir liderando a sus estudiantes.
A todo esto, se incluye el aprendizaje en línea entre compañeros y compañeras, quienes resuelven sus problemas y dificultades a través de foros, chat, etc., en donde los roles de docente y estudiante son intercambiables.
Esta es la fuerza que impulsa la aceleración del cambio, que, para muchos/as, también debe ofrecer la solución para mantener el control mientras se desata.
En palabras de Zappa, “como educador/a, conocer exactamente qué está cambiando, pero también dónde están empezando las cosas, reviste una doble importancia: seguir el ritmo de la cultura de las y los estudiantes, y fundamentalmente guiarles mejor a través de unos cambios vertiginosos”.
En conclusión, la educación de las próximas décadas puede ser influenciada por una serie de tendencias impulsoras de tecnologías emergentes que pueden cambiar los entornos de aprendizaje de todo el mundo.
Fuente: http://educaciontic.perueduca.pe/