Existe un consenso de que la educación es clave para el éxito económico y la obtención de mejores empleos. Pero según Paul Krugman eso está dejando de ser cierto (“Degrees and Dollars” New York Times, 6/3/2011)
Cada vez se desarrolla más el software que realiza tareas inteligentes (legales, ingeniería, médicos, etc.) que antes requerían de funcionarios altamente calificados. La tecnología no sólo está haciéndose cargo de las tareas de los trabajadores rutinarios sino también de los más calificados, con lo que está desplazando ya no sólo a los tradicionales jornaleros rutinarios de bajos ingresos sino también a los funcionarios de salarios medios y altos.
Desde los años 1990’s han crecido los empleos altamente remunerados y los poco remunerados, pero se han reducido los que corresponden a los ingresos de la clase media que se va encogiendo con el tiempo.
La creencia común es que la educación es la base para lograr dominar la tecnología, que es la clave para mejorar las oportunidades de empleo, beneficiando a los que usan la cabeza en perjuicio de aquellos que son trabajadores manuales. Sin embargo, los economistas David Autor, Frank Levy y Richard Murnane vienen sosteniendo desde hace unos años que esto no es así.
Dado que las computadoras brillan en los trabajos de rutina, tanto los trabajadores intelectuales como los manuales están en la mira del desempleo. Contrariamente, son los trabajos que no se pueden llevar a rutinas siguiendo reglas explícitas (incluyendo algunos trabajos manuales), los que van a tender a crecer aún ante el progreso tecnológico. Agreguemos a esa amenaza de la robotización la de la globalización del empleo, que obliga a los profesionales a competir con los servicios más complejos de alta educación que se pueden adquirir a distancia en países emergentes con alta tecnología.
De modo que relanzar la educación es importante por razones de equidad y pertenencia común a la ciudadanía del siglo XXI, pero no vaya a creerse que tener un grado universitario vacuna contra el desempleo y bajos ingresos. Eso requiere algunas cualidades más, especialmente capacidad de innovación y resolución de problemas nuevos, cualidades pendientes por adquirirse.
León Trahtemberg Siederer