La repitencia o fracaso escolar durante el tránsito del púber a la secundaria puede convertirse en una puerta hacia el pandillaje, inicio sexual precoz, consumo de drogas o presencia de conductas de riesgo.
Así lo advirtió la Asociación Familia y Desarrollo (FyD), tras indicar que si los padres de familia y los maestros no dimensionan este problema, no estarán en condiciones de brindar el apoyo necesario a los estudiantes.
El manejo inadecuado del fracaso escolar puede conducir al adolescente a presentar ausentismo, bajo rendimiento o deserción escolar, sumado a actitudes de rebeldía, mal comportamiento o despreocupación por su futuro, señaló.
La institución refirió que los padres de familia deben tomar conciencia que la solución no es limitar la comunicación, ni ejercer violencia (física o psicológica) y los maestros deben estar atentos a la posibilidad de discriminación o bulling.
Edgar Bellido, gerente de FyD sostuvo que lo mejor es que los estudiantes encuentren un clima de comprensión en el hogar y los padres desarrollen las condiciones para integrarse más a las actividades escolares, así como fortalecer la disciplina.
“Hay que buscar consolidar el vínculo entre el adolescente, padres de familia y maestros, pues esto permitirá un verdadero apoyo y soporte al adolescente con riesgo de fracaso escolar”, explicó.
Dijo que cuando los estudiantes reprueban el año escolar muchas veces se desencadena una crisis familiar en la que se suele buscar al culpable y las sanciones pueden desarrollar sentimientos de bajo autoestima, depresión y rebeldía.
Esto es posible evitar si se asume esta situación como una oportunidad para aprender y crecer juntos, puntualizó.
Por eso recomendó a los padres evitar expresarse de manera hiriente; pues esto puede afectar seriamente el estado emocional de sus hijos, aceptar la situación y demostrar madurez para enfrentar el problema.
Fuente: Andina