Son semanas donde las grandes empresas, que se toman en serio su trabajo profesional y piensan en el futuro, hacen un balance de que cosas deben mejorar y aprovechar a lo máximo los pocos días que quedan para cerrar bien el año y empezar el nuevo año con nuevos aires y optimismo. Pero en la juventud el pensamiento es distinto hoy en día, se busca la manera de terminar el año a «como sea» muchas veces con complicidad de los padres de familia que al faltar pocos días de entregar las calificaciones, amenazan y presionan a los profesores «con chantajes» como: ud no sabe enseñar, si mis hijos le compran sus separatas, le puedo denunciar, o prometiéndoles regalos… para que no desaprueben a sus hijos y muchos malos maestros caen en este «chantaje sucio» de permitir y terminar cuanto antes el año entregando las notas y evitándose problemas a futuro. Los jóvenes felices porque ya tienen el año salvados y el relajo es el mejor acompañante en los últimos días del año.
Escuchar en el vocabulario juvenil, vamos a hacernos las peras, o en muchos mototaxis promoviendo o presionando a la mujeres con frases «quiero chicas positivas», es ver a las mujeres como objetos sexuales para usar y botar. Lamentablemente las mujeres caen en esta extorsión varonil, y mezclados con alcohol, drogas y preservativos para no tener problemas el desenfreno es animal. Los padres de familia deben tener más cuidado con sus hijos, son los primeros responsables en la formación y educación de sus hijos a futuro. Lo que hacen en la calle le compete directamente a los padres de familia. Deben visitar más los colegios y conversar con los profesores sobre la conducta y exigencia de sus hijos. Y cuando están en casa ponerles un horario exigente donde la mente este ocupada en responsabilidades del estudio y trabajo. Una tarea que todos debemos apoyar desde las cantinas o bodegas para no permitir que menores de edad puedan conseguir licor barato para dar rienda a sus pasiones hasta los hostales tampoco ceder y dar aviso a la policía u autoridades para hacer reaccionar a una juventud donde solo piensa en el HOY sin importarle el futuro, las enfermedades, el valorarse como personas (especialmente las mujeres), y menos valorar el gran sacrificio que hacen los padres por darles una educación. Es una tarea que nos compete a todos.
Padre Felipe Manco Francia