En sus 116 páginas, el documento educativo no contempla la mal llamada ‘ideología de género’; en cambio, en sus distintos capítulos se fomentan los valores de igualdad, dignidad, justicia y empatía entre los estudiantes.
El debate en torno al contenido del nuevo Currículo Escolar que entrará en vigor este año en 12 mil colegios de primaria sigue en los hogares, las calles y las redes sociales.
Por ello, La República, junto a especialistas y educadores, revisó nuevamente el documento para ver dónde podían estar los puntos que no son aceptados por los integrantes del colectivo ‘Con mis hijos no te metas’ y otros sectores conservadores. El resultado: en ninguna de las 116 páginas del documento aparece la frase o el concepto de ‘ideología de género’.
Ahora bien, la palabra ‘género’ sí se repite 52 veces, de las cuales 16 está referida a ‘género literario o discurso’, y en otras 30 ocasiones se refiere a las características que se le asigna a hombre y mujer. El resto es para cuestiones generales.
Pero ¿dónde se encuentra el problema? Quienes se manifiestan en contra del currículo descontextualizan frases contenidas en dos páginas: en la 16 (Enfoque de igualdad de género) y en la 30 (Construye su identidad). De la página 16 sacan cuatro palabras y de la 30 extraen algunas más.
Martín Vegas Torres, directivo del Concejo Nacional de Educación (CNE), explica que el currículo es lo que deben aprender los estudiantes. Una de estas enseñanzas tiene que ver con la formación de la identidad personal, “que se conozca a sí mismos”, y con el enfoque transversal de la igualdad de género.
«Hay estereotipos de lo que es una identidad de varón y mujer; y se cuestiona (el currículo) porque en él se plantea que no haya problema en que un hombre sea cocinero o una mujer sea mecánico, lo que antes no se pensaba», señala.
Vegas explica que el segundo punto en cuestión es el enfoque transversal de igualdad de género, pues ahora en cualquier curso los profesores estarán atentos a que se promueva la igualdad en las clases.
“Como, por ejemplo, si vemos que en las evaluaciones la mayoría de mujeres tiene afinidad por el curso de comunicación y los hombres por matemática, se trabajará una pedagogía donde los hombres tengan la capacidad de comunicarse y viceversa para el caso de las mujeres en matemáticas”.
«Son dos grandes temas. Uno es el resultado de la educación donde todas las personas tengan afirmada su identidad, sin prejuicios por razones de género; y el otro gran punto es el transversal, que también ve que el enfoque de igualdad de género se trabaje en todos los cursos, y que las capacidades sean las mismas», insiste Vegas.
Analizando el texto
En la página 16 figura el tema ‘Enfoque de igualdad de género’. El capítulo propone fomentar los valores de igualdad, dignidad, justicia y empatía. Y dice: “Todas las personas, independientemente de su identidad de género, tienen el mismo potencial para aprender y desarrollarse plenamente. La igualdad de género se refiere a la igual valoración de los diferentes comportamientos, aspiraciones y necesidades de mujeres y varones».
Más adelante dice: «Si bien aquello que consideramos ‘femenino’ o ‘masculino’ se basa en una diferencia biológicasexual, estas son nociones que vamos construyendo día a día, en nuestras interacciones. Si bien las relaciones de género históricamente han perjudicado en mayor medida a las mujeres, también existen dimensiones donde perjudican a los varones».
En este punto, Teresa Tovar Samanez, integrante del Foro Educativo, señala que este enfoque es actualizado e indica igualdad de derechos entre hombres y mujeres ante cualquier diferencia de raza u orientación sexual. El currículo en este punto contempla que somos iguales en derechos y posibilidades.
«Desde el colegio se debe enseñar la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, que son condiciones para obtener un empleo, igualdad de salario y no ser víctima de violencia u objeto de bullying. Ninguna persona puede ser discriminada, esto está firmado por las Naciones Unidas», señala la educadora.
Y siguiendo con el análisis del currículo, en la página 30 encontramos el capítulo denominado ‘Construye su identidad’, en el cual los detractores del documento han basado algunas de sus críticas.
Dice el texto: “Vivir su sexualidad de manera plena y responsable; es tomar conciencia de sí mismo como hombre o mujer a partir de su imagen corporal, de su identidad sexual o de género y mediante la exploración y valoración de su cuerpo. Supone establecer relaciones de igualdad entre mujeres y hombres, así como relaciones afectivas armoniosas y libres de violencia. También implica identificar y poner en práctica conductas de autocuidado frente a situaciones que pueden poner en riesgo su persona o vulnerar sus derechos sexuales y reproductivos”.
Debemos tomar en cuenta que actualmente la educación sexual se enseña en inicial, primaria y secundaria, pero en base a la edad del escolar.
«A un niño se 5 años se le enseña a conocer su cuerpo en base a dibujos, donde trazará su cara, piernas, nariz y también sus órganos genitales; se busca la naturalidad, que este niño conozca su cuerpo», agrega Martín Vegas.
Más adelante, como en alumnos de secundaria, se les enseña los métodos anticonceptivos, defenderse ante la violencia de un mayor de edad y evitar los embarazos adolescentes, siempre midiendo las capacidades de información que un alumno debe de recibir según su edad.
«En el plano de la identidad hay dos factores, cada uno nace hombre o mujer, pero existen por ejemplo personas transgénero, esto en términos físicos. En el caso de los roles hay estereotipos marcados que son arcaicos, como mandar a la mujer siempre a la cocina y no necesariamente esto debe de ser así, este rol puede cambiar, el varón también puede realizar estos roles», concluye la educadora Teresa Tovar.
Claves
Cambio peligroso. Si se cambia en el Currículo la identidad de género y se coloca igualdad de oportunidades, los expertos indican que se quita la discusión sobre el respeto de igualdad de oportunidades y derechos. Nos quedaríamos con estereotipos muy tradicionales.
Respaldo. El Currículo tiene el apoyo de asociaciones de padres de familia, Consejo Nacional de Educación, Sociedad Peruana de Psicoanálisis, entre otras.
Fuente: larepublica.pe