Un grupo de investigadores, de diversas instituciones norteamericanas y europeas, encontró restos de agua similar a la que ocupa las tres cuartas partes de la Tierra en un lejano cometa, llamado 103P/Hartley 2, cuerpo celeste originado en el Cinturón Kuiper.
Desde hace tiempo, los cometas han sido considerados, en teoría, como una fuente de agua; sin embargo, después de realizar varias pruebas se concluyó que el líquido de estos cuerpos era diferente al de nuestro planeta, informa elmundo.es
Eso ha cambiado ahora, pues los astrónomos consideran que la composición del Hartley 2 es diferente a los cometas estudiados con anterioridad debido a que se formó 30 veces más alejado del Sol que la Tierra.
“Estos resultados son una pieza fundamental en el gran rompecabezas de cómo y cuándo los océanos llegaron a ser lo que son, sin los cuales la vida no sería posible en la Tierra”, explicó Edwin A. Bergin, uno de los coautores de este trabajo, de la Universidad de Michigan.
El Hartley 2 fue detectado en noviembre del año pasado por un equipo de astrónomos, dirigido por Paul Hartogh, del Instituto Max Planck de Alemania, a través del Telescopio Espacial Herschel, de la Agencia Espacial Europea (ESA).
Con este descubrimiento, crece la hipótesis de que el origen del agua, y de la vida, surgió en estos cuerpos celestes hechos de hielo y rocas, que por lo general se pueden ver desde la Tierra. Otra teoría es que provendría de la actividad volcánica del interior del planeta, que liberó gases a la atmósfera.