Sólo el 7 por ciento de beneficiarios del programa Beca 18 está en Lima y Callao, y el 93 por ciento restante, en provincias, lo que representa un verdadero modelo de descentralización e inclusión social, afirmaron hoy voceros del Ministerio de Educación.
El viceministro de Gestión Institucional, Fernando Bolaños, dijo que a la fecha se han entregado 3,563 becas en el marco de ese programa y de ellas sólo 241 (7 por ciento) fueron adjudicadas en Lima y Callao.
Indicó que 234 fueron entregadas a estudiantes procedentes de Junín, otros 225 a postulantes de Ayacucho y 230 vacantes se concedieron en La Libertad; mientras que la cifra restante se reparte en diversas ciudades del país.
En cuanto a género, Bolaños informó que 2,522 beneficiarios son hombres, lo que representa el 71 por ciento de las becas entregadas; en tanto que 1,041 son mujeres, lo que constituye el 29 por ciento del total.
El funcionario atribuyó esa situación tal vez a que aún no se ha podido desterrar la idea de que algunas carreras, sobre todo las tecnológicas, son exclusivas para hombres, más aun teniendo en cuenta que la más pedida es la de mecánica automotriz.
Otras cifras arrojadas por la primera etapa de la implementación de Beca 18 revelan que 1,892 becarios (53 por ciento) ingresaron a universidades y 1,671, a institutos tecnológicos.
Asimismo, el 92 por ciento de los becarios tiene entre 16 y 19 años y el 85 por ciento egresó de la secundaria en los dos últimos años (2010-2011); el 58 por ciento de los becarios sólo se dedica a estudiar, mientras que el 3 por ciento trabaja y el 39 por ciento se encuentra sin ocupación.
Consideró que Beca 18 es un programa social que está cambiando la vida de mucha gente, ya que una buena parte de los beneficiarios son jóvenes en cuyas familias nadie ha seguido estudios y que pese a las adversidades han sabido luchar para hacerse un lugar en la vida.
Bolaños se refirió, por ejemplo, al caso de Yeni Quincho Hilario, una jovencita que a sus 19 años ha realizado una serie de oficios, vendiendo chupetes o trabajando de empleada doméstica a cambio sólo de cama y comida. Pese a todo ello, jamás soltó de sus manos los primeros puestos en la escuela.
Su madre, con cinco hijos a cuestas, quedó viuda a los 32 años como consecuencia de la violencia política y Yeni fue el producto de un segundo compromiso y de un padre que se olvidó que había procreado hijos. Su vida de tenacidad, de constancia y de sacrificio la hacen ahora una digna beneficiaria de Beca 18.
Una historia muy parecida de estrecheces, soledad y olvido es la de Arturo Beteta Gonzales, huanuqueño de 20 años, el menor de tres hermanos, cuya desgracia empezó cuando su madre falleció siendo él apenas un bebé y su padre hizo a un lado sus responsabilidades como tal por falta de dinero para hacerlos estudiar.
Entonces, un albergue de la Fundación por los Niños del Perú se convirtió en el hogar de Arturo. Allí creció, pero debido a su edad ahora debe abandonar el nido para abrirse camino solo, pero con la diferencia de que ya cuenta con la posibilidad de seguir la carrera técnica de mecánica de producción, gracias a Beca 18.
El viceministro sostuvo, finalmente, que la voluntad y la capacidad de superación de chicos como Yeni y Arturo, pese a sus difíciles historias de vida, los hacen merecedores indiscutibles del apoyo del Estado.
Fuente: Andina