El día 16 de setiembre se conmemora el día internacional para la protección de la capa de ozono.
El ozono es una variedad de oxigeno de olor penetrante, toxicidad fuerte y de gran capacidad oxidante que le permite usarse como fungicida y bactericida y en la obtención de atmosferas perseverantes. En la atmosfera baja se encuentra en pequeñísimas cantidades, pero a partir de los 12 a 40 Km de altura se encuentra en estado más denso formando una capa llamada ozomósfera. La capa de ozono tiene una vital importancia para los seres vivientes por cuanto absorbe los peligrosos rayos ultravioletas que emite el sol y tiene efectos letales para la supervivencia.
La Organización Meteorológica Mundial ( OMMO) dio la campanada de alerta en 1996 sobre la desaparición de la capa de ozono, sobre todo en la Antártida donde se había formado un agujero gigante de 25,9 kilómetros cuadrados. Esta alarma de la OMM fue escuchada por muchos gobiernos y personas en general siguiendo recomendaciones propuestas no han permitido que el agujero siga creciendo y esperamos que se revierta esta situación.
Las causas de la destrucción de la capa de ozono la propicia el mismo hombre que propaga a la atmosfera la emisión de pulverizaciones, aerosoles, productos empleados como refrigerantes y por la fabricación de plásticos y derivados.
La destrucción de la capa de ozono preocupo a varios países y 24 de ellos acordaron reunirse enviando a Montreal (1987) sus delegados para formar decisiones sobre el particular. En 1997 firmaron las últimas enmiendas de los acuerdos. En ello se comprometen reducir y paulatinamente eliminar las sustancias que motivan la destrucción de la capa de ozono.
La sociedad y el hombre en particular, debe obligarse a las siguientes determinaciones: utilización de pulverizadores y aerosoles ecológicos, no emplear productos que contengan CFCs ( gases clorofluorocarbonados) y reparar las sistemas de refrigeración que dejen escapar el terrible CFC.