Cuando ofrecen el producto, las compañías de seguros no escatiman en argumentos y celeridad para lograr que le compren. Envían un asesor especializado hasta donde esté el cliente y llevan todos los papeles ya listos para la sola firma.
Si falta un documento, como la copia del DNI o la boleta de pago, ellos mismos la obtienen. No tienen horarios de oficina ni, mucho menos, se atreven a dejar la llamada del potencial comprador en espera. “Estamos para acompañarte en esos momentos”, dice su eslogan.
LOS QUE TIENEN MÁS QUEJAS. Sin embargo, cuando llega el momento, desaparecen las facilidades, y las gestiones –dependiendo del tipo de “documentación sustentatoria” que pida la empresa– pueden hacer del proceso un nuevo dolor para la familia.
Según información de Indecopi, entre 2006 y 2010, el seguro de sepelio fue el octavo producto con más quejas del total de seguros que hay en el país. La mayor parte de los reclamos se refería a la idoneidad del producto y a la calidad de la información recibida por parte de los consumidores.
QUÉ HACER. Amalia de la Jara, directora de Seguros de Vida de Mapfre Perú, explica que, al ocurrir una eventualidad (el deceso del titular o de uno de sus beneficiarios), “se debe presentar el certificado de defunción, y los asesores le brindarán apoyo en los trámites que se requieran”.
Si la familia deja para después del velatorio y el entierro el cobro de la cobertura, debe asegurarse, además, de contar con boletas originales que acrediten los gastos, copias del DNI del fallecido, así como el certificado de necropsia. Si la pérdida fue producto de un accidente vehicular, hay que tener el atestado policial.
Si va a cobrar la indemnización del SOAT por muerte accidental, solo tiene hasta dos años después del siniestro para hacerlo. Antes de acudir ante la empresa, lea detenidamente el contrato (la póliza) para tener un conocimiento más exacto de los beneficios que le corresponden, recomienda la SBS.
Fuente: Perú 21