El Combate del Callao, fue un enfrentamiento ocurrido durante la Guerra Hispano-Sudamericana, conocida en España como Guerra del Pacífico, que tuvo lugar el 2 de mayo de 1866 en las costas del puerto del Callao en Lima, entre una flota de la Armada Española, a cuyo mando se encontraba el almirante Casto Méndez Núñez, y las defensas del Callao bajo el mando del entonces Jefe Supremo de la República del Perú Mariano Ignacio Prado.
La participación extranjera en el combate fue muy importante porque se unieron en defensa del territorio peruano, soldados ecuatorianos, chilenos, bolivianos y hasta mexicanos, cuyos intereses también estaban en juego.
Cerca de allí, los bomberos italianos, franceses, ingleses y alemanes portaban sus respectivas banderas nacionales. En el sector sur del Callao se preparon las defensas desde la torre de La Merced, el fuerte de Santa Rosa y la batería Chalaca, improvisada en 24 horas por una multitud.
En la zona de la «mar brava» se erigió la batería Zepita para evitar un posible desembarco. La línea del norte, al mando del coronel José Joaquín Inclán, estaba formada por el fuerte Ayacucho, la batería Independencia. En el centro se hallaban los barcos peruanos Loa, Victoria, Tumbes, Sachaca y Colón, de poca o nula fuerza militar. Las fuerzas peruanas contaban apenas con 45 piezas de artillería contra 245 cañones españoles.
Al mediodía del 2 de Mayo de 1866, La Numancia, la mejor embarcación de la época, se puso al frente de las naves españolas y lanzó dos cañonazos que fueron respondidos por La Merced y las demás baterías.
En la torre de La Merced imperaba el desorden y la impericia de ciudadanos poco conocedores del arte de la guerra. A las 12:55 pm. Una explosión en la torre mató a 27 personas, entre ellas, el Secretario de Guerra, José Gálvez, el ingeniero colombiano Cornelio Borda, el jefe de la torre, coronel graduado Enrique Montes, el capitán de artillería chileno Juan Salcedo, el coronel Toribio Zavala, hermano del ministro de Marina de España. Nunca se supo el origen de la explosión, se dijo que fue una bomba del enemigo, una bomba de la batería Zepita o una bomba de la misma torre que explotó accidentalmente.
Después de la explosión, la torre y los alrededores exhibían un terrible cuadro de sangre, ceniza, tierra y retazos de uniformes. Sin embargo, la catástrofe no abatió a los defensores del Callao. La lucha siguió incesantemente y los actos de heroísmo también. Una a una fueron cayendo las naves enemigas afectadas por los más de 200 disparos efectuados desde las torres. Aunque los españoles declararon luego que habían disparado dos mil granadas, ninguna llegó a neutralizar las baterías peruanas.
El 2 de mayo ha sido desde entonces una fecha clásica en el calendario peruano, pues su nombre se impuso a una provincia, a un regimiento, a un colegio, a un fuerte y a un importante hospital de la capital. La plaza del Callao, en Madrid, recibió su nombre en memoria de este hecho de armas.