Los gritos destemplados y los ‘carpetazos’ que empañaron su última presentación ante el Congreso como presidente de la República, aquel 28 de julio de 1990, son escenas que –aparentemente– el jefe de Estado, Alan García Pérez, no estaría dispuesto a presenciar nuevamente.
Ayer, el líder del Apra puso sobre el tapete la posibilidad de no asistir a la ceremonia de asunción al mando presidencial de Ollanta Humala Tasso, argumentando que “el escenario del Parlamento le corresponde al nuevo presidente que hace su mensaje de lo que va a ocurrir en los próximos cinco años, (dando a conocer) sus propuestas”.
Refirió que, de acuerdo con lo establecido en el protocolo, “después de la celebración del Té Deum, al que debo ir como presidente de la República, vendré aquí, a Palacio, y me despediré de las personas que han trabajado conmigo, tras lo cual me iré a mi casa. (…) Presidente que ya dejó de ser presidente es, simplemente, una figura que tiene que irse a su casa, y eso es lo que tengo que hacer yo”, subrayó. Y como para no dejar más dudas comentó, inclusive, que luego de abandonar la Casa de Pizarro se irá a almorzar con todos sus ministros.
Fuentes del Ejecutivo por su parte, explicaron que el acto protocolar por el cual el gobernante saliente acostumbra a dar un discurso de balance de gestión antes de entregar simbólicamente su banda presidencial al titular del Congreso es una tradición, “pero no es una obligación y tampoco constituye un mandato constitucional”. Cabe resaltar que el jefe de Estado saliente daría un mensaje al país la noche del 27 detallando los logros de su gestión.
“NO SE METAN CONMIGO”. Mientras tanto, García manifestó que las sucesivas críticas de dirigentes de Gana Perú a su gestión “no son lo más positivo”, y advirtió que el propósito no sería otro que evitar que la valla que deja su gobierno en obras y crecimiento sea muy difícil de superar.
Más adelante, y pese a negar insistentemente su intención de postular en 2016, dijo que las críticas solo motivan que quien las recibe vuelva al poder. “(Esos rumores) proceden del temor de algunas personas, y a veces de algunos tontos, que quisieran ser presidentes en 2016 y dicen: ‘Cómo lo liquidamos a este’ (…) Hay algunos que se obstinan en decir: ‘No, este tiene una obsesión por la figuración, por el poder’, en lo que están totalmente equivocados. Mi consejo a mis adversarios es: no se metan conmigo y yo no me meteré con ustedes. Si se meten conmigo, tendré que volver a la política con todas las fuerzas que pueda”, concluyó desafiante.