El club Alianza Lima está pasando su momento por el momento más crítico desde su fundación. A las deudas que afronta se suma un «terremoto dirigencial». El pasado 14 de setiembre un tribunal arbitral validó la separación de su socio y presidente, Guillermo Alarcón Menéndez, ello en ratificación de la decisión adoptada por la Junta Calificadora y de Disciplina del club, el año 2009.
La revista Correo Semanal publicó un extenso informe exclusivo donde se detalla, paso a paso, la crisis blanquiazul. En él se señala que la Junta Calificadora blanquiazul decidió abrirle un proceso disciplinario a su presidente por no cumplir con su obligación de convocar, por lo menos, una vez al mes al Consejo Directivo y decidió suspenderlo temporalmente.
Esto no fue aplicado porque, en una Asamblea General de Socios, Alarcón fue ratificado y la misma asamblea determinó la remoción de varios miembros de la directiva ‘íntima’.
Pese a esta poda, la medida disciplinaria seguía su curso y ante la no convocatoria del Consejo Directivo mensual, la Junta Calificadora dictaminó, de forma unánime, la separación del presidente a inicios de diciembre del 2009.
Esta sentencia no se llevó a cabo porque a mediados de diciembre del 2009, una nueva Asamblea General de Socios removió a los miembros de la junta y Alarcón no se vio en la necesidad de acatar el fallo. Varios meses después, Jesús Fernando de la Torre Tejada, integrante revocado de la junta y socio separado del club, acudió a un tribunal arbitral —como lo establece el estatuto de Alianza Lima— para demandarlo.
Lo establecido por el tribunal arbitral es considerado cosa juzgada. En otras palabras, es inapelable. Y pese a que Alarcón aún podría presentar un recurso de anulación, ello sería interpretado como una maniobra para ganar tiempo. Además de la salida del presidente de Alianza, hay otras seis disposiciones del tribunal que deberán cumplirse. Entre ellas, la reincorporación como socio del demandante y de Clara Carbonel Vidalón, ambos ex miembros de la Junta Calificadora que ordenó la separación de Alarcón.
Fuente: Correo