Los puntajes de PISA se han convertido en un referente mundial sobre buenos logros escolares, pero su relevancia merece una revisión. Para empezar, PISA corresponde a criterios curriculares del siglo XX y no del XXI. Sus pruebas miden conocimientos y habilidades sobre áreas curriculares similares de los últimos 120 años, distantes de las habilidades para la vida en el siglo XXI. No mide resiliencia, persistencia, colaboración, cooperación, conciencia cultural, capacidad de diseñar estrategias, empatía, compasión, pensamiento divergente ni creatividad.Sus puntajes están fuertemente influidos por el nivel de pobreza y bienestar de los evaluados, así como factores extraescolares que contribuyen al desempeño general de la educación en un país.
Tampoco es sostenible argumentar una correlación entre sus puntajes, la competitividad y el desarrollo económico de los países. Veamos:
1) El desarrollo de países al que contribuyen los adultos entre 25-65 años no corresponde a los puntajes de los países que dan las pruebas PISA con jóvenes de 15 años. Japón que desde hace 15 años mantiene altos puntajes en PISA, tiene una economía estancada.
2) ¿Tiene sentido decir que en 3 años desde el año 2012 el sistema educativo de Finlandia se cayó porque en el año 2015 se cayeron sus puntajes en PISA, o más bien que los asiáticos se han dedicado a entrenarse para esas pruebas?
3) Hong Kong y Macao no representan la realidad educativa de China. Son regiones con administración especial cuyos colegios no siguen las pautas centrales de China. Shanghai que lidera PISA es una ciudad de apenas 23 millones de chinos (1.5% de la población total) que incluyen 140.000 millonarios que hacen de esa ciudad una de las más altas nivel de educación en el mundo. 84% de los egresados de sus secundarias van a la universidad comparado con menos del 25% del resto de China. Además, la secundaria es pagada y solo da acceso a los que pagan, por lo que la muestra de estudiantes que dan PISA es recortada hacia arriba.
4). Países como Estonia, Slovenia, Eslovaquia, Polonia y Latvia superan en puntajes a EE.UU. siendo este país líder mundial en creatividad, innovación, emprendedurismo y generación de patentes. Son unos cuantos argumentos como para repensar el tema.