La primera decisión adoptada por el flamante ministro de Educación, Jaime Saavedra, ha sido postergar la aplicación de la prueba nacional clasificatoria del concurso de acceso a cargos de director y subdirector de instituciones educativas de educación básica.
La decisión, difícil de adoptar, toma en consideración, el riesgo que significaba aplicar la prueba en lugares que no reunían las condiciones para que los postulantes rindan su evaluación empleando el computador. Las posibilidades de que esta herramienta tecnológica falle debido a que no todos los centros seleccionados cuentan con el equipamiento adecuado eran grandes.
La postergación es por 15 días. El reto del ministro es solucionar varios de los problemas que enfrenta el concurso. No solo de uso del computador para rendir la prueba; también los recursos de amparo, la forma como se calificarán las respuestas a los estudios de caso.
No cabe duda de la capacidad del nuevo ministro de que hará todos los esfuerzos por corregir las deficiencias que han identificado los seguidores de este blog. No será una tarea fácil, pero parece ser la primera prueba de fuego que enfrentará.
Es la ocasión para desearle al ministro Saavedra muchos éxitos en su gestión. Gran parte del mismo reposará en escuchar el sentir de los maestros de base, dialogar con ellos permanentemente y aplicar medidas para problemas cuya solución parece obvia pero que en la práctica no se da; por ejemplo, que se paguen a los maestros las bonificaciones que corresponda, que los maestros contratados tengan sus resoluciones de contrato desde el primer día que empiezan a trabajar y que les paguen puntualmente, que las asignaciones de las plazas a los maestros que hayan ganado un concurso se realicen con mucha transparencia, sin corrupción. Con medidas sencillas, el ministro Saavedra podrá ser recordado como un buen ministro.
Fuente: Hugo Díaz