Hace algunos meses tuve una entrevista con el director del Instituto Cultural Peruano Norteamericano (ICPNA) a raíz de su 75 aniversario que cumple este 4 de junio. En dicha conversación, tratamos sobre el Programa Nacional de Especialización que el Ministerio de Educación encargó a esta prestigiada institución para la capacitación a cerca de 4 mil docentes que enseñaban y enseñan este idioma a los estudiantes de los colegios públicos de secundaria. Por ello, desarrollaron cursos de alrededor de 6 meses para que tuvieran, según los casos, un dominio básico, intermedio o avanzado de la lengua que enseñan. Se realizaron en el 2010 y el primer semestre del 2011, naturalmente, con el propósito de que los adolescentes lo conozcan y manejen básicamente como una lengua internacional.
Y es que en el marco de una educación para la competitividad, el inglés constituye, en nuestros tiempos, una herramienta fundamental para acceder a la incesante y cambiante información en una sociedad global del conocimiento y la integración ciudadana. Lo cual permita a las personas saber actuar -eficientemente y con valores- aplicando competencias sociales, científicas, tecnológicas y productivas.
Precisamente Pineda y Montilla, profesoras venezolanas, hacen notar que la Unesco considera que el aprendizaje de una lengua extranjera, por ejemplo el inglés, es un derecho consagrado, pues es fundamental en la formación integral del alumno, no solo en el aspecto cognitivo-cultural, sino en el comunicacional y social para el desarrollo del respeto y la tolerancia de los individuos como ciudadanos del mundo. También, porque el inglés es la lengua más utilizada por los habitantes de la Tierra.
Para su aprendizaje, al igual que el castellano y otras lenguas, deben desarrollarse metodologías para la expresión y comprensión oral, así como para la comprensión y producción de textos, utilizando contenidos cercanos del entorno sociocultural y económico-productivo donde interactúa el alumno. Lógicamente usando la mayor variedad de medios, entre otros, lingüísticos, testimoniales, audiovisuales, experimentales y comunitarios con la mediación pedagógica de profesores competentes. Debe darse énfasis transversalmente al léxico, la fonética, los recursos no verbales, así como a la gramática y la ortografía.
Sin embargo, la enseñanza del inglés, en nuestro sistema educativo, y particularmente en los colegios públicos de secundaria (porque no existe en los de primaria), es muy precaria. A pesar de la capacitación docente mencionada a cargo del ICPNA y la entrega gratuita, desde el 2005 de textos escolares especializados a los alumnos -por la falta de continuidad- el avance es imperceptible.
Por lo señalado, es necesario pensar, diseñar y ejecutar, cuanto antes, un programa para la enseñanza del inglés en la secundaria, liderado por el Minedu, con el aporte de la sociedad civil, la cooperación internacional y la banca multilateral. Por cierto, esta propuesta no se contrapone con la necesidad de fortalecer la educación intercultural bilingüe. Un saludo al ICPNA al cumplir 75 años de contribución al desarrollo educativo del Perú.
Idel Vexler