08 de Setiembre: Día de la Alfabetización

Cierto que en todos los países se han hecho grandes esfuerzos por reducir el analfabetismo, que es un problema social grave, desde luego que es un factor de exclusión y marginación, cuyas raíces se hunden en las profundas desigualdades sociales. Sin embargo, la humanidad ingresará en el siglo XXI con el pesado fardo de casi 880 millones de analfabetos en el mundo, de los cuales dos terceras partes son mujeres.

En América Latina, todavía registramos un promedio regional de 10.9% de analfabetismo y, en cifras absolutas, doblaremos la esquina del siglo con 42,9 millones de personas adultas que no saben ni leer ni escribir.

El Jurado encargado de otorgar los Premios Internacionales de Alfabetización de la UNESCO, reunido en París, del 5 al 8 de julio de 1999, decidió conceder el «Premio de Alfabetización Rey Sejong» al Ministerio de Promoción de la Mujer y del Desarrollo Humano de Perú, en reconocimiento por la campaña de alfabetización pues se había reducido el analfabetismo del 14 % en 1990 al 7 % en 1999. Nuestra Constitución Política establece en su Art. 17 que el estado garantiza la erradicación del analfabetismo y que es un deber del estado asegurar que nadie se vea impedido de recibir educación adecuada. También que el estado supervisa el cumplimiento de los planes de estudio, así como la calidad de la educación. El analfabetismo representa la más flagrante violación al derecho humano a la educación, que consagra la «Declaración Universal sobre los Derechos Humanos». Pero también es un factor que conspira contra nuestras posibilidades de desarrollo y de fortalecimiento de nuestra capacidad competitiva que, en última instancia, dependen del nivel educativo de nuestra población.

El Día Internacional de la Alfabetización», nos brinda la oportunidad de reiterar la importancia fundamental que tienen la lectura y la escritura en la autonomía de la persona y el desarrollo duradero. También representa una ocasión de celebrar los valores de dignidad e igualdad, que son los motores que impulsan el combate para lograr el acceso universal, gracias a la alfabetización, a la sociedad del conocimiento.

Todos los países del mundo son conscientes en la actualidad de la importancia de la alfabetización y de sus consecuencias positivas para la participación, la democracia, el desarrollo duradero, la disminución de la pobreza, la potenciación de la autonomía de la mujer y sobre todo la inclusión de los excluidos. Pero para que todas esas tendencias positivas puedan establecer una nueva dinámica, las personas han de aprender no sólo al leer y escribir, sino que han de adquirir también capacidades prácticas que puedan servirles para mejorar su calidad de vida».

Alfabetización implica enseñar a la gente a leer y escribir, pero también de darles la oportunidad de recibir educación básica y luego avanzada. Se trata de motivar e involucrar a mucha gente, de organizar programas de alfabetización y ayudar a que éstos se realicen. Y la función de un especialista de alfabetización es la de un ayudante, alguien que ayuda a un grupo local a que ellos mismos desarrollen estas actividades y las pongan a disposición de todos los sectores de la comunidad. Se trata de transferir habilidades y tecnología y proveer el entrenamiento necesario. De manera que el trabajo de alfabetización trata de relaciones inter-personales, de trabajo comunitario, de trabajo en equipo.

La educación básica es un derecho fundamental de todo ser humano. Así lo declaró la UNESCO hace medio siglo, y fue ratificado en 1990 durante la Conferencia Mundial de Educación para Todos, lanzando un compromiso de eliminar las injusticias y discriminaciones en la educación, proveyendo oportunidades para todos antes del año 2000. La alfabetización y la educación son herramientas poderosas en el mundo de hoy.

Hay cientos de necesidades y, por lo tanto, de oportunidades para servir en el área de alfabetización. Gente de distintos trasfondos culturales y profesionales han encontrado en el trabajo de alfabetización un rol fascinante y lleno de satisfacciones, cuyos frutos compensan con creces los recursos invertidos, porque trae esperanza a grupos atrapados en un círculo vicioso de opresión, pobreza e ignorancia.

No olvidemos en este día que la erradicación del analfabetismo en el país es tarea de todos los peruanos.