Millonarios construyen un condominio que «soportará el fin del mundo»

En un punto de las praderas de Kansas, en EE. UU., un empresario construye bajo tierra un ostentoso búnker donde varias decenas de ricos podrán nadar en la piscina o ver películas mientras la Tierra sucumbre bajo el efecto de catástrofes apocalípticas o la amenaza de los zombis.

Lo que en su día fue un silo de 53 metros de profundidad, pronto se convertirá en un hotel blindado, armado y lujosamente equipado para quienes prefieren no pasar el día del Juicio Final expuestos a todo tipo de cataclismos en la superficie del planeta.

Alojados en el interior de murallas de 3 metros de hormigón, los catorce pisos-apartamentos de diseño ultramoderno resistirán cualquier desastre, desde terremotos a llamaradas solares de efectos destructivos, pasando por ataques terroristas, hambrunas y pandemias mortíferas.

Ver películas y leer libros a espaldas delApocalípsis

Sus inquilinos, un máximo de 70 personas, contarán con todo lo necesario para vivir como reyes. Esta ‘madriguera para ricachones’ está provista de una planta-piscina, una planta-cine y otra planta-biblioteca.

Los mismos apartamentos, cuyo precio asciende a dos millones de dólares (un millón por medio apartamento), contarán con dormitorios, cuartos de baño, cocina, comedor y dos salas de estar con televisores (para evitar luchas posapocalíticas sobre qué canal poner).

El búnker presentará curiosas ‘ventanas’ con vistas a elegir: unas pantallas ultramodernas que mostrarán cualquier panorama del planeta, desde los Alpes hasta la Torre Eiffel en París.

Agua, energía, verduras y pescado fresco

En caso de que se produzca el desastre, los inquilinos podrán subsistir en el búnker con sus propios recursos. El edificio contendrá reservas de alimentación para cinco 5 años, generará su propio suministro de energía a través de recursos convencionales y eólicos, y alojará tanques de agua con un sistema de limpieza, promete el promotor inmobiliario Larry Hall, propietario del refugio.

Además, este lujoso escondrijo contará con una granja y una piscifactoría, lo que permitirá a sus 70 habitantes permanecer en el refugio durante un tiempo indefinido con reservas de verduras y pescado fresco.

Parece claro que si los gobiernos fueran derrocados y se impusiera la anarquía, el búnker quedaría expuesto a muchos peligros. Sin embargo, el creador del bunker también ha pensado en ello: para repeler a los enemigos, el complejo cuenta con un elaborado sistema de seguridad que incluirá una cerca electrificada, una entrada blindada -provista de armas tal vez-, así como vigilancia en todas las áreas.

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