Expertos del Ministerio de Salud señalaron que no es recomendable matricular a los menores en cursos de reforzamiento durante las vacaciones de verano, porque pueden llegar a rechazar las materias; por lo que los padres deben elegir las vacaciones útiles de sus hijos según sus habilidades, especialmente artísticas y deportivas.
Señaló que tener a los chicos en casa es para muchos padres un dolor de cabeza. Algunos los dejan ver televisión, otros usar la computadora a fin de que se distraigan con algún juego electrónico, o los llevan a sus trabajos porque no tienen con quién dejarlos. Pero, ¿qué es mejor para los niños y adolescentes?
El especialista se centra en las actividades extracurriculares, pues no recomienda que sean matriculados en cursos de reforzamiento.
“El ser inscrito para aprender materias como las matemáticas, por ejemplo, puede originar un rechazo prolongado a este curso”. Además, el pequeño no asistirá motivado, sino por obligación. Por ello, el especialista señala una serie de actividades según la edad, a las cuales podría dedicarse en estas vacaciones.
Los niños de 5 a 6 años acaban de aprender a escribir, a sumar y restar, y ahora puede ser buen momento para reforzar sus habilidades artísticas musicales. Sería positivo para ellos ser inscritos en talleres para tocar cajón u otro instrumento musical. En esta etapa pueden aprender a desarrollar el sentido del ritmo y el movimiento sincronizado con talleres de música coreográfica. Para ello pueden considerar cursos de marinera, ballet o afro.
En el caso de los menores de 7 a 8 años de edad que tienen cierta independencia pueden ser matriculados en actividades que tengan que ver con la naturaleza, como pequeños arqueólogos, que ofrecen ciertos museos de sitio. Allí los menores hacen una rutina de exploración mientras aprenden sobre el cuidado del patrimonio. Asimismo, en ciertos programas se realizan excursiones y los pequeños pueden familiarizarse con plantas y animales.
Los niños de 9 a 10 años están listos para desarrollar habilidades sociales e interactuar con otros niños. Son recomendables los talleres de teatro, donde podrán dar rienda suelta a su creatividad. Tendrán la oportunidad de jugar con el maquillaje y vestuario.
Entre los 10 y 13 años, los preadolescentes pueden incursionar en la gastronomía. Inscribirlos en cursos de repostería será una buena opción. A partir de esta edad y hasta los 17 años, también es ideal que aprendan deportes.
Por lo tanto es muy buena opción considerar las academias de fútbol, voleibol, tenis o natación. El deporte los llevará a integrarse a un equipo y aprenderán a desarrollar sus propios roles y funciones.
Sin duda, la natación es el deporte estrella, pues permite desarrollar la tonicidad muscular, mejora la respiración, influye en la coordinación de los movimientos y brinda seguridad al menor con respecto al agua. Si supera el miedo al agua podrá superar otros miedos propios de la vida diaria.
Finalmente, también hay que poner énfasis en el tiempo libre, pues es el tiempo dedicado a uno mismo. “Dentro de la estructura del tiempo, destinar un espacio libre es positivo, pues es el momento en el que los niños y adolescentes pueden hacer lo que quieran”.
Fuente: Andina