En esta fecha del 8 de octubre de 1879, don Miguel Grau ofrendó su vida al mando del legendario monitor «Huáscar».
Al retornar el «Huáscar» de una de sus incursiones al sur y ser avistado en los diferentes puertos enemigos, la escuadra chilena, informada de su posición, preparó una emboscada frente al puerto de Mejillones, distribuyéndose en dos divisiones formadas cada una sobre la base de un blindado. La primera conformada por el «Blanco encalada», la «Covadonga» y el «Matías Cousiño»; la segunda, formada por el «Cochrane», la «O’Higgins» y el «Loa».
El 7 de octubre el «Huáscar» y la «Unión» llegaron a Antofagasta para reconocer el puerto. Al día siguiente salieron en la madrugada con rumbo al norte y a los pocos minutos avistaron a la primera división chilena. Grau viró hacia el suroeste para luego volver al norte, perseguido por la división enemiga. Poco después, el «Huáscar» y la «Unión» se encontraron con la segunda división chilena frente a Punta Angamos. Al notar que el «Huáscar» no podría alejarse por su escaso andar, Grau ordenó a la «Unión» que escapase aprovechando su velocidad, y seguidamente, entabló combate con los buques enemigos.
A las 9.35 de la mañana una granada hizo explosión en la torre de mando del «Huáscar» y Grau voló en pedazos y con él murió su ayudante Diego Ferré. Uno tras otro, los jefes peruanos lo sucedieron en el mando de la nave, acorralada y bombardeada. Murieron en el combate o cayeron heridos Elías Aguirre, José Melitón Rodríguez, Enrique Palacios, Manuel Melitón Carvajal y Pedro Gárezon. Al final, Gárezon ordenó abrir las válvulas para hundir el buque, pero fue imposible cumplir la orden, pues los chilenos abordaron la nave. Mientras tanto, la «Unión», al mando del comandante Aurelio García y García maniobró hábilmente frente a la escuadra enemiga, evadió sus fuegos y atrajo hacia sí la persecución de la «O’Higgins» y el «Loa». Si la «Unión» hubiese entablado combate junto con el «Huáscar» hubiera corrido igual fin y hubiera sido el final de todo nuestro poderío naval. Con la pérdida del «Huáscar», la vía marítima quedó libre para Chile.
Por su comportamiento magnánimo con los prisioneros y otras acciones que engrandecen su espíritu, es reconocido mundialmente como «Caballero de los Mares», «El gran Señor de la Guerra del Pacífico»…
MIGUEL GRAU
Acudiste con gran valor
a defender el suelo amado
que se hallaba amenazado
por fuerzas del invasor.
Caballero de los mares,
del Huáscar gran capitán;
tus hazañas se cantarán
en todos nuestros hogares.
Al enemigo con valentía
por los mares perseguiste
de valor muestra diste
en tus luchas día a día.
Le extendiste una mano
al rival que cayó vencido,
quien gritó, con alborozo:
¡Viva el Perú generoso!
Yo quiero ser como tú,
quiero tu ejemplo seguir;
hasta poderme convertir
¡En orgullo del Perú!
Anónimo